Catástrofe en las gasolineras
Bárbara Moreno / Arnedo
Las gasolineras piden ofrecer solo servicios mínimos ante la caída de los ingresos, y es que en La Rioja la venta del carburante ha bajado de entre un 50%, en las estaciones en los que la mayor parte de sus clientes son transportistas, al 90% en estaciones de servicio que se encuentran dentro de Logroño por ejemplo, ante la gran caída de circulación por el estado de alarma que supera el 60%.
El Ministerio para la Transición Ecológica elaboró un listado de las estaciones de servicio que deben mantener su horario habitual y no pueden cerrar, que son 31 en La Rioja, todas las de Logroño, y las de autovía y autopistas, entre otras, y 22 puedes flexibilizar horarios pero tampoco cerrar, y tienen que abrir obligatoriamente de lunes a sábados al menos cinco horas al día. Y estas son las de pueblos o de particulares.
La presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de La Rioja, Ana Benes, explica que las gasolineras deben estar abiertas al ser consideradas actividades esenciales, pero su facturación ha bajado por las medidas de confinamiento. Y define esta situación de ´catástrofe´.
Por ejemplo las gasolineras de los polígonos están algo menos afectadas, ´sí que lo estuvieron cuando se paró toda la actividad con ingresos cero´. Y ahora estas se abastecen de los transportistas y autónomos. Pero las estaciones de ciudad o de pueblos están bajo mínimos de facturación, porque los clientes son particulares, y la circulación ha caído drásticamente. ´Y no pueden cerrar ni hacer ERTES, ni tan siquiera reducir el número de horas de trabajo´. Por lo que desde este sector piden más flexibilización por parte del Estado, como sí están haciendo en otros sectores.
Benes explica que el Estado aprobó un decreto hace solo 10 días, por el que las gasolineras podrían reducir horarios, o cerrar pero con unos requisitos tan complejos que en la práctica no se ha podido ejecutar nada. Por ejemplo, cita, no pueden cerrar ni reducir horarios las que vendan más de 5 millones de litros, las que están al lado de hipermercado, las desatendidas (las de autoabastecimiento), las que estén en autovías y autopistas o que vendan gas.
Soluciones parche
Así que algunas estaciones de servicio están haciendo soluciones tipo parche, como mandando a gente de vacaciones ´pero ya llevamos mes y medio y no podemos seguir así, algunas van a tener que cerrar el negocio´. Y a esto cabe sumarle que muchas estaciones asumen el riesgo del carburante que adelantan y que quizás luego no les puedan pagar en esta situación, porque tienen convenios y tarjetas de combustible con empresas de transporte, cuyo consumo se paga a posteriori.
Por ello desde el sector piden una solución de apertura de servicios mínimos en función de la ubicación, de forma estratégica. ´El Gobierno no está facilitando nada acorde con la situación y no se está estudiando nada. Nos están hundiendo. Somos un servicio esencial, pero somos muchos y no es necesario que estemos dando todo el servicio, ni a todos las horas´. Así que, no pueden hacer ERTE aunque despidos si lo permiten, ´pero si tienes que mantener el horario no puedes despedir, y sigues teniendo el mismo gasto, pero sin ingresos´, concluye Benes.
El precio no baja como el barril
El precio del barril ha bajado de 35 a 20 dólares desde que comenzó el confinamiento en España, lo que supone un 42% menos. Si bien, la bajada de este precio no repercute en la misma proporción en el precio del carburante de las estaciones de servicio, porque, ´las petroleras nos ponen un precio, hay costes fijos de producción del gasóleo que son inamovibles, y los impuestos también son fijos y suponen entre el 30 y el 40% del precio´. Y a esto se suma además que las gasolineras tienen los tanques llenos porque no están vendiendo ´y quien tenga stock no puede poner precios nuevos´, explica Ana Benes, presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicio de La Rioja incluida en la FER.
Por ejemplo el 14 marzo (un día antes del confinamiento) el litro del gasóleo A estaba de media en La Rioja a 1,14 euros el litro, y ahora está al 1,05 de media. Esto supone que llenar el depósito cuesta unos 5,4 euros menos ahora, pero eso solo supone una reducción en el precio al consumidor final de un 7,8%, (mientras que el precio del barril ha bajado más del 40%).






