Esto era un barrio obrero
Yagüe no es un barrio, como tal, aunque desde 1954, fecha de su inauguración, ha tenido dicha categoría. De origen castrense, Yagüe fue siempre un barrio obrero, ubicado en el extremo occidental de Logroño y, durante muchos años, desconectado de la ciudad.
Si el callejero del vecino Valdegastea mira a Europa, el de Yagüe lo hace hacia dentro. Manresa y Pamplona son las arterias principales de un barrio en el que también tienen cabida las ciudades de Salamanca, A Coruña, Málaga o Toledo. El barrio -que no barriada- está limitado por la calle Valdegastea, al norte; por Avenida de Burgos, al sur; por la vía Los Fueros de Logroño, al este; y por las calles Ourense continuación de Fábricas, al oeste.
En esta retícula se alzaba el primigenio Yagüe, edificado a primeros de los cincuenta en torno a 200 casas bajas, construidas por la Obra Sindical del Hogar, por indicación del general nacido en San Leonardo y que pasó a la historia por la carnicería perpetrada bajo su mando en la plaza de toros de Badajoz. Las casas, muchas de ellas dotadas de pequeños huertos que hoy son una envidia, nacieron en un barrio en precario, sin asfaltar (no lo estuvo hasta los setenta) y sin saneamientos. Junto al núcleo original, han surgido nuevos unifamiliares que han ampliado las fronteras de un barrio que también linda con la circunvalación, el Parque del Horcajo (que cuenta con pinar propio) y Congelados Martínez de Quel.
Juan Yagüe no vio el barrio erigido en su honor aunque el colegio conserva todavía su nombre. No así la calle General Yagüe, recientemente bautizada como Rosa Chacel. Esta vía, que comunicaba con Logroño, era uno de los símbolos de la naturaleza industriosa y laboriosa del barrio. Basculantes Roymi, Talleres Ruiz o Bisel se encontraban en este tramo. La calle ha visto reducido su músculo pese a que aún persisten Carrocerías Miguel, Remar, Sandor, Chimeneas Rioja, Talleres Gibaja, etc. aunque estos días sólo el Lavadero Crucero atiende al público.
Del barrio obrero poco queda aunque la Plaza Rafa Ojeda recuerda al párroco que durante casi medio siglo ejerció como cura de Yagüe. Referente del sindicalismo riojano, ejerció el apostolado desde la histórica parroquia de San Salvador que, como el campo homónimo del Yagüe, ya no está donde estaba siempre.
El barrio vive la emergencia sanitaria con la misma sensación de estupor que el resto de logroñeses. La actividad se ha paralizado o reducido a la mínima expresión aunque la plazuela, animada siempre en torno al Centro de Salud, el Restaurante Trópico y el Bar Moreno,sigue siendo punto de encuentro y de paso. Ahí sigue la única farmacia de Yagüe.
El Cordobés, aunque el sector de la tintorería y lavandería es esencial, ha cerrado sus puertas pero no lo ha hecho el Telepizza, que sigue sirviendo a domicilio.
Alimentación Javier, en la Calle Valdegastea (primero vino la calle, después nació el barrio), continúa al pie del cañón como también lo hace La Pili, carniceros del barrio desde 1977. Convertido ahora en Spar, en La Pili nos rescuerdan que falta ‘1 día menos. Vamos!!!’ Pues eso, que queda menos aunque ya hemos perdido hasta la cuenta. Es más largo el encierro que llevamos a la espalda que lo que nos aguarda por delante. Pero a las puertas de Semana Santa ni eso consuela.
Así se queda Yagüe. Contando los días que faltan para que volvamos a reinvindicar nuestra libertad.






