‘Escuadra hacia la muerte’ abre «un rayo de esperanza» a generaciones futuras
Rebeca Palacios (Efe) / Logroño
El Teatro Bretón de Logroño acoge este viernes la representación de Escuadra hacia la muerte, una tragedia existencial que abre «un rayo a la esperanza» a las generaciones futuras porque su director, Paco Azorín, ha asegurado a Efe que la civilización del próximo siglo «será mucho mejor que la actual».
Azorín, quien también es adaptador, escenógrafo y productor de esta función, ha actualizado para el Centro Dramático Nacional y Metaproducciones el texto escrito hace más de seis décadas por Alfonso Sastre.
El Teatro Guerrero de Madrid estrenó en 1953 esta obra, protagonizada entonces por actores de la talla de Fernando Guillén, Adolfo Marsillach y Agustín González, quienes apenas pudieron representar tres funciones, ya que la cuarta fue prohibida por la censura de la época.
Azorín, «fascinado» por un texto que leyó con solo diez años de edad, ha realizado una «revisión» de la parte «más superficial» de la obra porque en sesenta años ha cambiado mucho la manera de escribir, de modo que ha adaptado el lenguaje a un nivel más coloquial.
Sastre ambientó su obra en una imaginaria tercera guerra mundial, en una cabaña en un bosque, en la que por una escuadra de cinco soldados encaminados a un destino que parece ineludible, pero deciden sublevarse contra su líder.
Sin embargo, Azorín ha trasladado la acción a un hipotético cuarto conflicto planetario y lo ha ubicado en un búnker, que «funciona como una olla a presión» para los personajes que encarnan Unax Ugalde, Jean Cornet, Julián Villagrán, Iván Hermes, Carlos Martos y Agus Ruiz.
La cabaña del bosque de Sastre podría tener «una lectura bucólica», por lo que Azorín trasladó la acción a un espacio cerrado a diez metros bajo tierra, donde apenas llega la luz del exterior, lo que supone también «un guiño al mito de la caverna» de Platón.
Estos seis soldados forman parte de una especie de ‘Arca de Noé’, ya que cada personaje representa un arquetipo humano con un comportamiento muy determinado, de modo que representan «lo peor de cada casa», ha precisado.
El director de esta versión de Escuadra hacia la muerte ha querido abrir «un rayo a la esperanza» sobre la humanidad, con «un enfoque muy positivista».
MONTAJE FUTURISTA
Ha explicado que se trata de un montaje «futurista», que obliga al público a pensar cómo será la humanidad dentro de unos 25 años, cuando cree que «se seguirá haciendo las mismas preguntas fundamentales que le han guiado a lo largo de la historia de la civilización».
«Quiénes somos, de dónde venimos, existe dios o qué es la muerte» son las cuestiones que siempre interesarán, ha reflexionado.
Los seis actores, de quien el director ha ensalzado su gran labor interpretativa, se enfrentan a unos personajes encerrados en su propio purgatorio, donde deben asumir los errores cometidos en su pasado.
Julián Villagrán es el cabo Gobán, «está de vuelta de todo y representa el poder», por lo que, a mitad de función, los otros cinco deciden asesinarlo para establecer una nueva forma de anarquía.
Azorín cree que esta es la razón por la que la censura prohibió la obra en los años sesenta del siglo pasado antes de que se representara la tercera función porque Gobán era el poder: el dictador Francisco Franco.
Unax Ugalde es Pedro, un personaje oscuro que tiene una lucha de poder con Adolfo (Agus Ruiz); e Iván Hermés es Andrés, el rebelde que se refugia en el alcohol.
Carlos Martos da vida a Javier, el intelectual y el personaje sobre el que recaía el peso en el texto original; mientras que Azorín ha preferido por poner el foco en el más joven, Luis, interpretado por Jean Cornet.





