La Diócesis riojana aplaza las comuniones a septiembre
Bárbara Moreno / Arnedo
Si ayer mismo (este jueves) desde la Diócesis riojana indicaban a este medio que de momento no había que pensar en un aplazamiento de las comuniones porque se ajustaban a la finalización del estado de alarma que se supone que será para mayo, hoy mismo la Diócesis riojana ha mandado un comunicado en el que recomienda aplazar las comuniones que comenzaban en mayo para septiembre u octubre.Y de hecho, todas las parroquias han aceptado, por lo que quedan suspendidas las comuniones de mayo y se aplazan a septiembre.
Según indica la Diócesis, «atendiendo a la situación excepcional del estado de alarma y ante la previsible prolongación aconsejamos el aplazamiento aplazar las comuniones al inicio del próximo curso septiembre y octubre de este año, los párrocos y el equipo de catequistas determinarán las fechas de las celebraciones y se las comunicarán con suficiente tiempo de antelación a los padres». Y por otra parte también recomienda que la catequesis presencial se supla a través de recursos digitales catequéticos, «animado a dedicar un tiempo a la catequesis familiar, la oración y la lectura del evangelio».
En cualquier caso, la Diócesis indica que si una parroquia toma otra decisión, de no aplazar las comuniones, atendiendo a circunstancias excepcionales deberán respetar la normativa de las autoridades en concentración de personas, distancia de seguridad, y deberá ponerlo en conocimiento de la Diócesis a través de los vicarios episcopales.
Los hosteleros lo tenían claro, preguntados este mismo viernes por Noticias de La Rioja sobre la situación y si creían que se iban a celebrar las comuniones o no, daban por hecho que no. «Damos ya mayo por perdido», explica el presidente de la Asociación de Hosteleros de La Rioja, Francisco Martínez Bergés. El mismo añade que aunque se tuvieran que celebrar las comuniones, siguiendo las recomendaciones de China, y aunque el estado de alarma se acabara, en el mejor de los casos a finales de abril, en mayo se debería mantener distancias de seguridad entre las personas y no celebrar actos en sociedad como las comuniones, o reducirlas a 10 personas como los funerales.
Para muchos restaurantes y hosteleros riojanos la pérdida de esta celebración le va a suponer mucho dinero y tampoco requerirá de muchos trabajadores que siempre se contrata de extra para fines de semana. Y, si las fechas se aplazan hasta septiembre u octubre, «tal y como vamos a estar todos en esas fechas con esta crisis que tenemos, se intentará gastar lo menos posible en este tipo de eventos y de cualquier otros».
¿Y las bodas?
Pues las de marzo, abril y mayo ya se han cancelado. El presidente de la Asociación de Hoteles de La Rioja, Demetrio Domínguez, explica que las de junio aún no se están anulando, pero los novios empiezan ya a preguntar por otras fechas y hay incertidumbre. En cuanto a la celebración de las comuniones, Domínguez explica que va a ser difícil encajar fechas en septiembre y octubre.
No se puede cuantificar un porcentaje de pérdidas por la cancelación de bodas o la reducción de invitados si es que se celebran más tarde, pero hay establecimientos que dedican todo su trabajo a las celebraciones en especial en mayo y junio «y dan mucho trabajo a terceras personas». Martínez Berges considera que esto sumado a que la hostelería está cerrada, va a ser un desastre para el sector, y denuncia que por ahora las cafeterías y bares no están incluidas en las ayudas ICO que ha establecido el Estado por el estado de alarma.
Daños colaterales.. ¿y las fotos o los trajes?
El aplazamiento de comuniones y bodas hará que otros gastos anexos a estas celebraciones se cancelen, como las fotografías. Desde JPEG estudios explican que para ellos las comuniones suponen un 30% de toda la facturación anual, y las bodas como otro 50%. Confían en que los vuelvan a contratar para las futuras fechas, si bien son conscientes de que la gente también «sujetará más los bolsillos en gastos no esenciales ante la crisis a la que nos enfrentamos». En este estudio ya en estas fechas tenían que haber hecho los reportajes que se hacen previos a las comuniones y no los han hecho «pero es que muchos clientes ni lo han cancelado, como es lógico y evidente todo el mundo entendemos, no han venido y punto».
Por otro lado está la preocupación de las familias por los trajes que ya se habían comprados, en especial los de los niños comulgantes teniendo en cuenta que en 5 meses y en estas edades de 8 y 9 años los niños crecen rápido y puede que el atuendo no les sirva. Si bien, sinceramente, en estos momentos de pandemia, esto es algo baladí, e incluso superficial.






