La hostelería perderá el 20% de su facturación anual este mes de cierre
Feli Agustín / Logroño
La ampliación del Estado de Alarma 15 días más, que aprobará este miércoles el Congreso de los Diputados, mantendrá los establecimientos de hostelería cerrados y los ciudadanos confinados hasta el Domingo de Resurrección, lo que acarreará graves consecuencias económicas bares, cafeterías y restaurantes al coincidir con Semana Santa, perjuicios que se suman a los ya sufridos durante la primera quincena de aislamiento.
Francisco Martínez Bergés, presidente de la Asociación Hostelería Riojana, calcula que las pérdidas para el sector ascenderán, «como mínimo», al 20% de la facturación anual, estimación que Fernando Elías, presidente de la Asociación de la calle Laurel, eleva a un 30% para sus 71 miembros.
«Esta circunstancia va a poner al borde de la desaparición a algunos negocios», resalta Elías, que recuerda que han cesado los ingresos, pero no los gastos «porque hay que seguir pagando impuestos y alquileres».
Al respecto, Martínez Bergés destaca que, a 30 de marzo, habrá que hacer frente a diversos tributos correspondientes a febrero, algo que se va a notar, y mucho en un sector que «vive al día». Además, recuerda que el 20 de abril será necesario el abono de las cargas correspondientes al primer trimestre y hace hincapié que las moratorias puestas en marcha por las entidades bancarias, de momento, no se extienden más allá de tres meses.
Nuevas medidas
Poco optimista, el presidente de los bares de Laurel plantea que el hecho de que sea una situación sin fecha de caducidad acrecienta la sensación de incertidumbre, que tampoco despejan las previsibles actuaciones de prevención que habrá que adoptar una vez levantado el confinamiento y para lo que no se han implementado medidas suficientes.
«Hay mucho miedo», coincide el presidente de los hosteleros riojanos que, igualmente, destaca la necesidad de establecer más herramientas para aliviar los daños. Al respecto, Martínez Bergés interpela directamente al Ayuntamiento de Logroño y le recuerda que, a pesar de haberse visto obligados a cerrar, siguen abonando el IBI o las tasas de terrazas y agua y basuras.
«Cuando esto termine, y ya veremos cuando será, habrá muchos que están abocados al embargo o al cierre», señala el hostelero, quien subraya que el impago de los alquileres causa también impacto económico en sus propietarios.






