La industria agroalimentaria aliviará la caída del PIB riojano
Feli Agustín / Logroño
Con numerosos organismos, gobiernos y analistas evaluando el impacto de la crisis del coronavirus sobre la economía -la Comisión Europea estima un decrecimiento del PIB en el territorio UE del 1,4% este año-, es innegable que, además de consecuencias sanitarias ya palpables, el virus que llegó de Wuhan dejará secuelas sobre las arcas de países y ciudadanos todavía imprevisibles.
De hecho, el consejero de Desarrollo Económico, José Ignacio Castresana, evita aventurar ninguna estimación sobre los efectos que tendrá en el tejido productivo riojano. «En esta situación de volatilidad, con la epidemia exteniéndose de manera exponencial, realizar cualquier previsión es un ejercicio extremadamente arriesgado», señala el consejero, que reflexiona que los argumentos esgrimidos por el Gobierno hace siete días, encaminados a mantener la actividad económica, no son válidos una semana después, que ha asistido a la declaración del Estado de Alarma, con la paralización forzosa de gran parte de la vida empresarial.
Castresana, no obstante, reconoce que el más castigado será el sector servicios que, fuera de juego durante un periodo más o menos largo, sufrirá mayor impacto según se prolonge el Estado de Alarma.
En este ámbito, uno de los subsectores que está siendo fuertemente golpeado es el de la hostelería y turismo, que supone el 9,8% del producto interior bruto. «Ïbamos a apostar por incrementar su peso en el PIB, objetivo que, en estas circunstancias, habrá que replantearse», lamenta Castresana, que, no obstante, contempla con mayor optimismo el desempeño de la industria.
Agroalimentación
El responsable de la gestión económica regional basa su percepción favorable en dos factores notables: el peso de la industria en el PIB riojano, que alcanza el 25% de la riqueza de la comunidad, lo que le convierte en uno de los más altos del país; y la relevancia de la industria agroalimentaria, cadena de valor que se va a mantener durante esta crisis, lo que ayudará a aliviar el retroceso de la economía regional.
De hecho, informa Castresana, las empresas de este ámbito han incrementado la producción en la última semana como consecuencia del aumento de la demanda en supermercados.
Hay un tercer aspecto que puede ayudar a mantener el pulso del producto interior bruto, el importante componente exportador de la industria riojana, que no depende, en principio, del Estado de Alarma, sino de la evolución de los mercados internacionales. «Si se soluciona la pandemia en un plazo razonable, La Rioja estará en mejor posición que otras comunidades para recuperar su nivel de actividad económica», vaticina.
Sobre estas bases, el consejero confía en poder conservar latente la capacidad productiva de las empresas riojanas para lo que ya se ha dispuesto un paquete de ayudas; es más, contempla el futuro de manera positiva porque el ahorro que conlleva el encierro, combinado con el mantenimiento -en general- del poder adquisitivo, hará crecer la demanda.






