La abuteca del coronavirus
Carmen Sánchez / Logroño
La suspensión de las clases para 70.000 estudiantes riojanos ha trastocado todos los planes de los padres, que han tenido que dar un giro de 180 grados a su rutina diaria en menos de 24 horas. Las calles de Logroño amanecían el miércoles desiertas a primera primera hora de la mañana. El habitual trasiego de coches en doble fila junto a los colegios, de alumnos cargados con sus mochilas a la espalda y de estudiantes dirigiéndose a sus respectivos centros educativos cambiaba radicalmente la estampa para ver prácticas más propias del verano o de los periodos vacacionales, con los niños en los parques infantiles… y sus abuelos.
Y es que, en esta historia vuelven a ser protagonistas los abuelos, que han asumido la carga del cuidado de sus nietos, en gran parte de los casos, sobre todo en situaciones en las que los padres no han podido trabajar desde sus casas y no pueden asumir el coste de un cuidador. Pese a ello muchos se preguntaban si ésta era la decisión más apropiada, puesto que la población de avanzada edad es la de mayor riesgo, junto con la de los menores, quienes, precisamente, no van a clase como medida para contener el coronavirus.
«Es la pescadilla que se muerde la cola», se lamenta el presidente de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) de La Rioja, Saturnino Álvarez, desde su domicilio donde se encuentra ‘recluido’ para prevenir un posible contagio al ser población de riesgo y, además, diabético. Por ello apela a la responsabilidad individual de los ciudadanos y recuerda que se han suspendido las actividades programadas en el centro de mayores de la estación de autobuses, que se mantendrá cerrado los próximos 15 días.
Para los padres que han tenido la posibilidad de hacerse cargo de sus hijos y trabajar a distancia son varias las cuestiones que se plantean. La primera y principal: qué hacer con los niños durante 15 días y más si son pequeños. Los parques infantiles son zonas que es mejor evitar para que no estén en contacto con otros pequeños. Hay que tirar de imaginación y creatividad, más si hay que compatibilizar las horas con el rendimiento laboral, otro frente abierto si hay que estar vigilando a los menores.
A ello hay que sumar las circulares que están mandando a los padres desde los centros educativos, para que, en la medida de lo posible, sigan trabajando con sus hijos en la línea en la que venían haciéndolo en clase.
Nuevas oportunidades
De las crisis siempre surgen nuevas oportunidades. En este caso son varias las personas las que han estado ofreciéndose a los padres para cuidar a sus hijos estos días a través de las redes sociales y de Whatsapp.
Como último recurso, siempre quedará la ‘abuteca’.






