Las empresas riojanas resisten de momento al coronavirus
Feli Agustín / Logroño
Cuentan que reza un antiguo proverbio chino, que centurias después dio nombre a una conocida teoría física, que el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Quien acuñó este proverbio, sin fecha ni autor conocido, no podía estar más acertado, aunque poco podía imaginar que un virus surgido en una remota región de China esté a punto de sumir en el caos al mundo más formado e informado de la historia. Al margen de las consecuencias sanitarias, el coronavirus, según la ONU, ha costado ya 50.000 millones de dólares a la economía mundial; aparte del descenso del 2% de la producción manufacturera en China, su papel de proveedor de múltiples suministros para empresas en todo el mundo «afecta irremediablemente las cadenas de valor en Europa, América y Asia del este».
En este contexto, hace un par de días el Gobierno español no veía aún motivos para adoptar medidas económicas a causa de la enfermedad, postura que, de momento, parece acertada, al menos, y con carácter general, en lo que respecta a las empresas riojanas.
Jorge Ruano, secretario general de Comisiones Obreras, confirmaba este jueves que no están sufriendo problemas a consecuencia del coronavirus, aunque, de alargarse esta situación, la falta de suministros podría afectar a las plantas de componentes de automóvil o a otras grandes fábricas de la región, pero, insiste, en que, de momento, no tienen noticias de alteraciones causadas por el virus.
El homólogo de Ruano en UGT, Jesús Izquierdo, coincide con la apreciación del secretario general de CCOO, y considera imprescindible formar a los delegados y delegadas de prevención de riesgos laborales, «que son los que tendrían que tener conocimiento y formación para prevenir y saber cómo actuar si hubiera algún caso de coronavirus».
Tranquilidad
Desde la patronal, Sheila Argáiz, responsable del departamento Internacional y secretaria de Asociaciones Agroalimentarias, lanza un mensaje de «tranquilidad y serenidad», porque resalta que la incidencia del COVID-19 en España está controlada y las autoridades sanitarias están desarrollando una labor «muy positiva con medidas eficaces y adecuadas».
Señala que desde la FER ofrecen, principalmente, sus servicio a aquellas empresas con relaciones comerciales en el exterior, en ámbitos como implicaciones legales de los acuerdos comerciales, contratos, seguros o responsabilidad.
«Cada sector y cada empresa tienen una situación particular, pero las empresas estamos trabajando con plena confianza en las autoridades sanitarias», afirma.
Nathalie Beaucourt, directora general de Reindustrialización, Innovación e Internacionalización, se expresa con la misma prudencia y cautela que los agentes sociales y constata la complicación de evaluar el efecto del coronavirus en la economía riojana, pues se desconoce su alcance y duración.
No obstante, entiende que, de producirse, el efecto sería al transitorio y depende de múltiples factores más allá de las relaciones económicas con China. «Hay más países con los que La Rioja mantiene relación comercial que pueden verse afectados y, cuanto mayor es la dispersión, mayor es también la dificultad para cuantificar el impacto», por lo que razona que cualquier valoración al respecto es todavía especulativa.
Beaucourt resalta que el contacto directo que mantiene la ADER con las empresas riojanas, y mediante el Plan de Monitorización y Promoción de la Inversión que está desarrollando el Gobierno de La Rioja, «nos permite estar al tanto de sus necesidades y situación y promover medidas si fuera necesario».
Diferencia abismal de compras y ventas
A pesar del aumento de las exportaciones de productos riojanos al país asiático experimentado en la última década, el saldo en 2019 es negativo en 131,62 millones de euros.
La empresas riojanas vendieron a China por valor de 19,6 millones -hay 14 mercados más importantes- y las compras supusieron cerca de 151, 3 millones, y en subida; es el tercer proveedor de Rioja.
¿Y qué vendemos? Principalmente, vino, por delante de carnes y calzado.
¿Y qué nos venden? Pues un poco de todo: espárragos y otras verduras, productos y manufacturas de hierro y acero, telas y fieltro y aparatos y material eléctrico.






