Los embalses de La Rioja siguen en prealerta por sequía
Bárbara Moreno/ Logroño
Los embalses de La Rioja siguen en prealerta de sequía, según especificaron ayer desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Los últimos datos publicados el lunes por la CHE, indican que el agua reservada en La Rioja ha bajado más esta semana, a pesar de que ha llovido, y están al 27% de su capacidad total. Si bien, estos datos son justo al cierre de la campaña de riego. Y a partir de ahora, la capacidad reservada debería empezar a subir más. En realidad, en la media de toda la cuenca del Ebro, sí han subido los niveles.
La situación de prealerta, indican desde la CHE, es el paso anterior a la alerta por situación de reservas. Y es que, el Año Hidrológico (precipitaciones registradas de octubre de 2018 a septiembre de 2019) ha sido el más seco desde 2003.
Eso sí, desde el organismo aseguran que en la cuenca riojana, y en concreto en el Iregua (que es la cuenca de La Rioja más desfavorecida) se han garantizado los usos de abastecimiento que se integran en estos sistemas de embalses.
Los embalses riojanos han reducido su volumen en la última semana, si ahora están al 27,4% la semana pasada estaban al 29%.
El embalse de González Lacasa, en el Albercos, cuenta con 6,7 hectómetros cúbicos, de los 32,9 totales. Está al 20,4%. En una semana ha bajado en 0,09 hectómetros cúbicos. Y tiene 4,41 hectómetros cúbicos menos que el año pasado.
El embalse de Mansilla, en el Najerilla, es el más lleno de La Rioja, está al 37,8%. Cuenta con 25,6 hectómetros cúbicos,de los 67,7 de su capacidad total. El volumen ha descendido en 0,19 hectómetros cúbicos en una semana. Y hace un año tenía 0,82 hectómetros cúbicos más.
El embalse de Pajares, en el río Lumbreras, está al 24,1%, cuenta con 8,5 hectómetros cúbicos de los 35,2 totales. Su volumen ha bajado en 0,17 hectómetros cúbicos en una semana. Y en 6,57 hectómetros cúbicos en un año.
Agricultores tranquilos
Los agricultores, según indican desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR), están tranquilos, porque precisamente ahora necesitan agua de lluvia, para cultivos como el cereal, o la colza, «para preparar el terreno para siembra primero y para asegurar la nascencia, después». Así, como sí ha llovido, están preparando la tierra con normalidad. Y en cuanto al resto de cultivos como la viña o almendros por ejemplo, los agricultores están satisfechos porque «se va recuperando y acumulando la humedad».






