Tarjeta roja contra los maltratadores
Efe / Logroño
El alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, afirmó ayer que hay que incentivar la lucha contra el maltrato machista y las agresiones sexistas «desde la escuela», para «evitar esa cultura que impregna la desigualdad». Hermoso de Mendoza participó en una concentración ciudadana contra la violencia hacia las mujeres, con alumnos de varios cursos del centro escolar Sagrado Corazón (Jesuitas), entre otros.
El regidor indicó que esta concentración busca visibilizar la lucha y acción política de todo el Ayuntamiento «en defensa de la igualdad y contra el maltrato machista y las agresiones sexistas», un día después de que la Policía Nacional detuviera a un hombre como presunto autor de una agresión sexual a una menor en Logroño.
«Los jóvenes son los elementos principales para que avancemos en la igualdad», remarcó Hermoso de Mendoza, quien insistió en que «hay que esquivar los estereotipos en la escuela» para «evitar esa cultura que impregna esa desigualdad que, luego, cuando uno es adulto, aflora y se manifiesta». Hermoso de Mendoza aludió a la agresión sexual en la calle San Millán a una menor, «que rápidamente fue atendida y se reaccionó por parte de la Policía Local y Nacional», e, incluso, «la persona agredida tuvo una reacción rápida», lo que le «congratula».
La concentración concluyó con un minuto de silencio por las 44 mujeres víctimas mortales por violencia de género confirmadas y una más en investigación en 2019, así como por los «tres menores víctimas mortales por violencia machista», explicó la concejala de Igualdad, Eva Tobías. Al finalizar el minuto de silencio, el medio centenar de personas congregadas alzó la mano sosteniendo una tarjeta roja con la frase ‘Saca tarjeta roja al maltratador’.
Madre de dios pide intolerancia contra las agresiones
Ante la agresión sexual ocurrida en el barrio Madre de Dios, la asociación vecinal de la zona reclamó ayer que no exista tolerancia con este tipo de sucesos. «No es verdad que se trate solo de descerebrados y no es cierto que sean casos aislados y no es cierto que dependa solo de cada individuo» porque «la sociedad es excesivamente tolerante con la violencia contra las mujeres y está empeñada en ocultarla tras el velo de lo privado y de mil peregrinas explicaciones que siempre terminan por culpabilizar a las víctimas», añade la asociación.






