Carmen Sánchez / Logroño
Otro año más La Rioja ha celebrado el acto central de las fiestas de San Mateo: el Pisado de la Uva y ofrenda del primer mosto a la Virgen de Valvanera. Pero en esta 63 edición de la fiesta de la vendimia riojana ha sido por primera vez una mujer, la presidenta del Gobierno riojano, Concha Andreu, la que ha pronunciado el discurso institucional tras poner a los pies de la patrona de La Rioja el primer caldo de la cosecha del año.
Y, como «mujer de vino» que es -Concha Andreu es enóloga de profesión-, centró parte de su intervención en reconocer y visibilizar la labor que las mujeres habían hecho en este ámbito. «Soy una mujer del vino, como otras muchas mujeres que, antes y en mayor medida que yo, han hecho posible su historia en La Rioja, en cualquiera de sus labores, desde la viña hasta la copa, desde la bodega hasta el laboratorio, y a las que, gracias a la oportunidad que me ‘brinda’ este día, quiero, expresamente, reconocer su trabajo y su dedicación», afirmó.
Andreu, que reconoció estar «especialmente emocionada y comprometida», confesó que siempre había aspirado a mirarse «humildemente» en ellas y a «no defraudar sus enseñanzas», que aspira a aplicar en la gestión del gobierno. «Si en el vino se pasa de la promesa al hecho, de la ilusión de su excelencia a la mesa, al igual, en la gobernanza, se trabaja para llegar a la cosecha de las ideas, de los proyectos, y de las promesas». Una cosecha, prosiguió, que «responda al trabajo comprometido».
«Retos y dificultades»
La presidenta de La Rioja aseguró en su discurso que, al igual que en el mundo del vino, «los gobernantes nos levantamos cada día mirando al cielo y a la tierra», y aludió a los «retos» y «dificultades» a los que el sector tendrá que hacer frente en el futuro más inmediato, como «la multiplicación exponencial del mercado, con nuevos competidores, los desequilibrios y asimetrías que se producen en su seno, la resaca de la crisis económica y los nuevos hábitos de consumo».
No olvidó Concha Andreu otros escenarios «inéditos», que igualmente generan «incertidumbre» y dibujan un «horizonte preocupante» en La Rioja, como son el Bréxit y el cambio climático.Pero también se refirió la dirigente riojana a «la evolución y competitividad que ha crecido de una forma extraordinaria y reconocida nacional e internacionalmente en el enoturismo y en la ponderación del entorno cultural de la actividad vinícola».
Al igual, quiso poner en valor el «enorme esfuerzo, impagable» que han realizado las bodegas riojanas que, recordó, han puesto «el vino de Rioja en los mapas de la arquitectura, del olimpo gastronómico, de las artes».
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