«Hasta 2015 el Parlamento estaba muerto y amordazado; yo quiero que se vea útil»
Bárbara Moreno / Logroño
A gusto con el despacho que durante los últimos 28 años perteneciera a un dirigente del Partido Popular, el nuevo presidente del Parlamento de La Rioja, el socialista Jesús María García, forestal funcionario en la Consejería de Medio Ambiente, asegura que no va a cambiar nada de la decoración.
Eso sí, se ha traído a su mesa unas figuras de dos golondrinas en honor a la pasión que reconoce sentir por las aves como buen ornitólogo que es. Y por cierto fue gracias a esta afición a la que conoció al actual delegado del Gobierno, José Ignacio Pérez, cuando era presidente autonómico. Le pidió una reunión para que evitara que se destruyera una zona húmeda en Calahorra que se estaba destruyendo. Ahora, como presidente de la cámara legislativa riojana, tiene un objetivo claro, seguir avanzando en la autonomía que ya en 2015 empezó a tomar esta institución, dinamizarla, y que sea reconocida por los ciudadanos en la calle como útil y necesaria.
Se apostaba porque fuera el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, ¿le dieron a elegir?
Sí que fue una opción que se barajó. Pero más que elegir, sopesamos cuáles eran los intereses del partido, y los míos personales, y las capacidades que podía tener para presidir la institución y llegamos al acuerdo de que era el perfil adecuado. Siempre tienes tú que tomar la última decisión, pero fue algo consensuado.
¿Por qué dijo en su intervención que sentía un vértigo contenido?
Porque entiendo que da cierto vértigo saber si vas a estar a la altura de presidir esta institución que es la segunda más importante de la Comunidad. Creo que no tener ese vértigo es imprudente.
Para la ciudadanía la imagen del Parlamento es difusa. ¿Qué se puede hacer desde su cargo para cambiar esto?
Creo que el Parlamento tiene un papel social importante y vinculante, porque al final, las leyes que se aprueban aquí acaban afectando a los ciudadanos. Es una institución muy importante, otra cosa es que durante una larga época haya tenido una labor oculta por un interés político. Hubo una mayoría absoluta de 25 años de Pedro Sanz con un Parlamento de La Rioja amordazado. Eso ya se ha revertido a partir de 2015. Los ciudadanos quitaron la mayoría absoluta al PP, entraron nuevos partidos con sus cosas buenas y malas, pero se ha diversificado y hay que llegar a acuerdos y a mayorías. Y nos han hecho más visibles de cara a la opinión pública.
¿Cree que el cargo de presidente se ve solo como de representación?
El presidente del Parlamento representa al Parlamento pero tiene muchas más funciones, además que no deja de ser un diputado que vota, que toma sus decisiones y que preside el pleno, las mesas y la Junta de Portavoces. Por el presidente pasa todo en este Parlamento.
¿Y lo de ser árbitro en las intervenciones? El otro día ya tuvo que llamar la atención.
Desde luego que no se puede abuchear a una persona. Y lo hubiera desalojado. El reglamento indica que no se puede aplaudir en el Parlamento, pero soy partidario de que sí se pueda aplaudir, pero de ahí a que se pueda abuchear hay un abismo.
¿Puso queja la diputada Raquel Romero por esos abucheos?
No me consta. Pero si llega a poner queja, hubiera sido muy singular, porque yo he visto cómo destacadísimos dirigentes de Podemos han alabado este tipo de expresiones de la gente y ahora no podrías tener menos tolerancia si reprochan tu conduzca. Alguien manifestó su descontento, lo frené y siguió el pleno.
¿Prevé una legislatura tensa por el clima político que se está viviendo?
No. En 2015 hubo un punto de inflexión, y todos nos estamos acostumbrando a que el bipartidismo ha desaparecido, que hay más partidos y tenemos que llegar a acuerdos, la tensión no vendrá de ese punto. La tensión que se pueda producir en un debate, lo que hay que tener es manga ancha, dejar al jugador que juegue, y solo pararlo cuando cometa una falta grave, se permite el cuerpo a cuerpo siempre que no se falte a nadie al respeto, es el único límite.
Dijo que lucharía por la defensa de las leyes que salieran de esta cámara. ¿Qué pasa con la ley de Protección Animal?
Estoy muy de acuerdo con esta Ley, y tendrá que ser el Tribunal Constitucional el que se pronuncie sobre los puntos que se han puesto en cuestión. Ha habido una interpretación interesada de alguno de los artículos. Y en cuestiones de fondo, en las que se esté o no de acuerdo, no deja de ser un criterio personal o de un partido. Cuando me refiero a defender una Ley aprobada por el Parlamento, me refiero a que si es la que ha aprobado el Parlamento con mayoría absoluta, no cabe ir contra ella. Si tiene que ir alguien contra ley que sea quien se vea afectado, pero el Parlamento que es quien la ha aprobado, solo puede defenderla. Es que eso es el ‘abc’ de un Parlamento, es un sinsentido aprobar leyes que luego nosotros mismos vamos a recurrir.
Apuesta por la profesionalización de los diputados. ¿Es necesaria en una Comunidad tan pequeña?
No es que sea necesario. Se trata de que los diputados que quieran dedicarse de forma profesional al ejercicio de la representación del pueblo riojano tengan oportunidad de hacerlo. Que no sea obligatorio. El PP se mostró en contra, espero que sus 12 diputados no querrán estar liberados, y por ejemplo Cs sí quiere. Pero depende de los presupuestos, si el Gobierno hubiera aprobado los presupuestos de 2019 ya estaría en vigor la profesionalización del Parlamento. Yo sí estoy a favor como así está en otros parlamentos. Sé exactamente las dificultades que entraña ser por ejemplo en mi caso funcionario y diputado. Y con una boina no se pueden tapar varias cabezas.
¿Se aprobará al año que viene?
Espero que sí, pero lo tiene que aprobar el Gobierno. PSOE, Podemos y Cs sí estábamos a favor, no sé si PP habrá cambiado de opinión.
Ha empezado ya su presidencia con un hecho histórico, una investidura fallida, y probablemente sea el primer agosto en el que se trabaje.
Agosto seguirá siendo inhábil, aunque yo sí trabaje. Y en el momento en el que tenga que habilitarse se hará, cuando los portavoces me trasladen que existe la posibilidad de sacar adelante una candidatura, volveré a hacer ronda. Y esperemos que salga adelante.
¿Y será este mes de agosto ya?
Esperemos que sea este mes.
¿Qué pronóstico hace?
Yo creo que habrá acuerdo. Y si no lo hay, el 16 tendré que disolver la Cámara y el presidente del Gobierno tendrá que convocar elecciones.
¿Y sería un fracaso?
Sí, sería un fracaso de quienes tienen que llegar a un acuerdo. Yo creo que ha habido una postura bastante dialogante por parte de Concha Andreu, y otra postura que no ha estado en la misma disposición. Pero a partir de estos días de reflexión se podrá llegar a un acuerdo. Pensar que va a haber elecciones es ciencia ficción. Nadie lo entendería. Desde el punto de vista de la izquierda, que podemos acabar con un Gobierno de derechas después de 24 años, que no lleguemos a un acuerdo, no nos lo perdonaríamos nosotros, ni los ciudadanos, ni los de Podemos.
Pero Raquel Romero lo tiene claro, o entra en el Consejo de Gobierno o no vota a favor.
Yo creo que la facultad que tienen las personas inteligentes es que analizan las cosas y son capaces de variar su postura. Puedes estar convencido de que lo que propones es lo justo pero al pasar los días y ver la situación y las reacciones y las opiniones de la gente y de sus bases, puede hacer que una persona inteligente varíe su posición, y yo creo que Raquel Romero es una persona inteligente, y la va a variar.
Y cuando escuchó la fábula de la zorra y el cabrón, ¿qué pensó?
Me parece que dentro del hemiciclo tiene que caber todo, incluso fábulas con un tinte desagradable. Como decía Quevedo a Isabel II ‘entre un clavel y una rosa, su majestad es-coja’, le decía que escogiera, pero le estaba diciendo que era coja. Es solo dialéctica parlamentaria.
¿Qué ley le gustaría que se aprobara bajo su presidencia? La Ley Trans está muy cerca.
Me gustaría que se apruebe cualquier ley que reconozca los derechos sociales, y esa puede ser una de ellas.
¿Con la reforma del Estatuto aprobada, cuál será el gran reto de la legislatura?
El gran reto es dar respuesta a lo que demanda la sociedad en materia legislativa, y la modificación del Estatuto no creo que fuese una cuestión esencial de reivindicación de la ciudadanía, pero sí que tenía su importancia, porque había cuestiones que se podían mejorar, y como se hizo de forma unánime, fue una buena solución. Pero hay muchas otras cuestiones sociales que preocupan más a la ciudadanía en las que nos vamos a poner a trabajar.
¿Y el Artículo 46?
Hay muchas posturas encontradas, el PP dice que con algunas cesiones se dio cumplimiento, pero para el PSOE no ha sido así. Es evidente que La Rioja se ha visto perjudicada por cuestiones económicas de comunidades vecinas, y en una España en la que todos somos iguales seguimos teniendo regímenes como las foralidades que nos hacen diferentes. Y si el Estatuto prevé que pueda haber una compensación, lo lógico es que se vea.
¿Qué cambios cree que debería dar la cámara?
La verdad que en el 2015, hubiera tenido muy claro lo que tendría que cambiar, pero el cambio sustancial ya se hizo, el de la ruptura de la mayoría absoluta. Hasta 2015 el Parlamento estaba muerto, amordazado, sin orden de sesiones. Se ponían cuando el Gobierno quería. Pero del 2015 aquí se ha avanzado muchísimo, y a mí me toca seguir avanzando en esa autonomía, dinamizar la institución y que sea reconocida en la calle como útil y necesaria.
¿Qué le gustaría que se recordase de su mandato?
Básicamente nada, porque si el presidente pasa desapercibido es que está realizando bien su trabajo, si se convierte en noticia todos los días por su forma de dirigir los plenos, o por ser una estrella eso significa que ha hecho mal su trabajo. Creo que tengo que tener buena relación con los grupos, que la he tenido durante mi etapa de diputado. En un debate puedes ser más duro o no, pero en el trato con la gente me llevo bastante bien y es una relación que no quiero perder, siempre que no se traspase la línea entre lo privado y lo público. Esa línea se ha traspasado hasta límites bochornosos, en especial por parte de quien estaba gobernando que tenía una forma de hacer la política a navajazo en las partes bajas, una política barriobajera, y creo que eso pasó de lado en la pasada legislatura, desde luego que José Ignacio Ceniceros no es Pedro Sanz. Y se ha notado. Por lo tanto desde el 2015 y la ruptura de la mayoría absoluta nos ha dado más agilidad, mejor trato entre los diputados. Cuando entré en 2011 vi agresiones de tipo personal dialécticas, absolutamente bochornosas, a partir de 2015 no lo he visto, ha habido problemas entre diputados, pero fuera de la actividad parlamentaria, puede suceder una discusión en el hall pero es una cuestión de las personas.
¿Cómo se siente al tener sentado a la derecha a Ceniceros?
Si tuviera que haber elegido a dos diputados de los 12 del PP para la Mesa que yo presido hubiera elegido a esas dos (Ceniceros, y Begoña Martínez). Son dialogantes, con mucha experiencia y personas con las que se puede hablar. Estoy encantado con la Mesa, también con Henar Moreno, no la conocía y lo que he visto por ahora me gusta.
¿Aspiraciones a futuro en la política?
No las tengo. Esta me parece una responsabilidad muy interesante. Y dentro de cuatro años tanto mi partido como los ciudadanos dirán lo que quieren que se haga. Entonces tendremos que ofrecer un resultado de trabajo totalmente diferente. Mi papel está más encorsetado, no está expuesto a la crítica ni alabanza pero el de Concha Andreu al frente del Gobierno estará expuesto a la crítica y a la evaluación de la sociedad. Y cuando pasen cuatro años veremos qué ha hecho Andreu y marcará también todo el Parlamento.






