Andreu afronta su elección como presidenta con la amenaza del no de Podemos
Feli Agustín / Logroño
Que Concha Andreu (Calahorra, 10 de marzo de 1967) se convierta este martes en la primera presidenta del Gobierno de La Rioja es una posibilidad que este lunes parecía remota. La negativa de Podemos a darle su apoyo y el voto que necesita para ser investida cierra, de momento, las puertas a que esta comunidad, tras un cuarto de siglo de Ejecutivo popular, sea gobernado por el PSOE. Andreu, no obstante, no ceja en su empeño y en su discurso de investidura ha realizado «un llamamiento sincero a Podemos» y a su diputada Raquel Romero para que anteponga el interés general de La Rioja a cualquier otro para cambiar esta comunidad desde políticas progresistas.
«Si así lo hace, me encontrará a su lado, a mí y al PSOE», ha afirmado la candidata que cuenta con 16 votos, los 15 socialistas más el de la diputada de Izquierda Unida, Henar Moreno; los mismos que suma el bloque de centro-derecha (PP, 12; cuatro Ciudadanos), de tal manera que, en un Parlamento de 33 escaños, el de la formación morada es imprescindible para inclinar la balanza hacia un gobierno con «mirada progresista, con sensibilidad social y que aplique políticas de izquierdas, como han pedido en las urnas la mayoría de las riojanas y los riojanos».
En una intervención de hora y media, la candidata a presidir La Rioja ha concretado algunas de las medidas que guiarán su acción de gobierno -conforme al acuerdo programático suscrito con IU- y que contempla cuatro objetivos: igualdad, defensa de lo público, convertir La Rioja en tierra de futuro y la honestidad.
La hora del cambio
Y es que, ha dicho, ha llegado para cambiar las cosas, sobre los principios de una nueva cultura política presidida por la responsabilidad, el sometimiento al control parlamentario, la ética, la ejemplaridad y el respeto hacía lo público.
Sobre estas líneas maestras, se ha trazado ocho compromisos, abandonando la política de «regate corto» para sustituirla por la «grandeza que da la visión amplia cuando se recoge la opinión de todos, empeñando su palabra en el diálogo, «más y mejor diálogo».
Andreu, que no impulsará ninguna enmienda estatutaria que no cuente con la unanimidad del Parlamento, será leal con España y trabajará por la convivencia de los españoles, aunque será reivindicativa desde una comunidad que huirá del victimismo y asuma que compartir competencias equivale a compartir responsabilidades.
Las infraestructuras y el efecto frontera figuran también en la agenda de la aspirante a presidenta, que promete «rigor, ilusión y generosidad» y que aspira, desde la honestidad, a sacar a La Rioja del aislamiento político, promete respeto al Parlamento y peleará por erradicar al pobreza infantil.






