«Llegar para quedarse»
Aitor Calle (Bilbao, 1976) descansa en Vizcaya antes de, a partir del lunes, comenzar a sentar los cimientos de la temporada 2019-20, en la que los jarreros competirán en Segunda B. Tras sellar su renovación, junto a la de su equipo técnico, el vizcaíno y la directiva asumirán la responsabilidad en las renovaciones y altas que el Haro acometerá para su regreso a Segunda B.
Tras consumar el ascenso ante el Zamora, la renovación de Aitor Calle y de su equipo se daba por hecha. Así lo adelantó Jesús Otero y así se transmitió el 8 de junio en la festiva cena de fin de temporada. En la noche del jueves, directiva y cuerpo técnico escenificaron el acuerdo. «Los dos queríamos subir cuanto antes a Segunda B y no tenía sentido separar nuestros caminos», afirmaba el preparador vasco.
El único año que el Haro jugó en la división de bronce, en la 2004-05, fue el curso en el que Aitor Calle jugó en Segunda B. «La categoría ha cambiado. Está mucho más profesionalizada», apunta. «Para los clubes modestos Segunda B supone un desembolso muy importante», asiente.
Con una Segunda B cada vez más profesionalizada, el objetivo del técnico y de la entidad es «llegar para quedarnos». «Lo primero es la salvación. Lo que venga a partir de ahí será bienvenido», apunta. En busca de la consolidación en la división de bronce, el club tendrá «los pies en el suelo». «No podemos volvernos locos de la noche a la mañana porque el presupuesto es el que es. Intentaremos quedarnos porque nos ha costado mucho llegar hasta aquí«, agregaba.
Mientras que ayer la junta fijaba los precios de los abonos para la 2019-20, a Calle y su equipo le toca gestionar el capítulo de bajas, renovaciones y altas.
El ascenso no va a implicar una revolución en el vestuario: «Nuestra idea es mantener el esqueleto de esta temporada. Intentaremos darle pinceladas, con jugadores con experiencia que nos ayuden a mejorar. Ese sería el punto de partida». «Vamos a mantener el bloque, seremos un equipo con identidad», se despide un técnico que, a partir del lunes, sentará las líneas maestras de un Haro que se siente, desde hace quince días, de Segunda B.






