«Me siento orgullosa del soterramiento y de no dejar a nadie atrás en los años difíciles de la crisis»
Dieciséis años ha pasado Cuca Gamarra en el Ayuntamiento de Logroño. Un tiempo que da para llevar adelante proyectos, iniciativas, programas sociales, en fin, casi media vida de trabajo.
Por iniciar esta charla, ¿de qué obras se sentirá más orgullosa el día que digas el adiós a su agenda municipal?
Me siento orgullosa de manera conjunta del trabajo realizado. De haber compartido equipos de personas, liderar un grupo fantástico de personas y de compartir proyectos, ilusiones y esfuerzos con toda la sociedad logroñesa. Nada lo hemos hecho solos. Me siento orgullosa de la gran transformación que supone para la ciudad el soterramiento, la estación de autobuses, construyendo el parque que la cubre o el nudo de Vara de Rey que va a articular el tráfico en esa zona. No es sólo la obra que se ve sino el inmenso trabajo que hay mucha gente. Mientras el resto de soterramientos en España se han paralizado desde 2011 por la crisis económica, hemos sido capaces que el de Logroño siguiera adelante y convertir unas vías de ferrocarril en urbana. Me siento orgullosa de otros proyectos, como el del monte Cantabria para la recuperación de las ruinas, que son historia de nuestra ciudad y de otras ya encaminadas como el Camino de Santiago y de haber impulsado una red de ludotecas pero, por encima de todo, de un trabajo de búsqueda de acuerdos que han garantizado una convivencia ciudadana.
Logroño presume de una envidiable vecindad…
Logroño es una ciudad que la hacemos entre todos, con un respeto a personas distintas, a creencias y etnias diferentes.
La estación de autobuses se puede pensar que tapa otras carencias, proyectos que se han quedado en la gatera, en el camino.
La gran mayoría están encaminados y encauzados para llevar adelante. Hay proyectos con presupuesto, incluso del Gobierno de España, a través de los Presupuestos del Estado. Ya me hubiera gustado a mi encontrarme la situación actual, con un Ayuntamiento saneado y unas cuentas que nos han permitido bajar impuestos y mantener un ritmo de trabajo y de compromisos.
Con una crisis de caballo como no se recordaba.
Han sido años difíciles y hemos sido capaces de garantizar una mejor protección social. No hemos dejado a nadie atrás, con ayudas específicas a quien lo necesitaba sin impedir que siguiéramos avanzando en iniciativas inéditas como la educación infantil de 0 a 3 años, impulsada por el Ayuntamiento a la que se ha sumado el Gobierno Regional. Logroño se sitúa en la mejor ciudad de España en la educación infantil.
Hay proyectos que se le han atragantado, como la Casa del Cuento o de las Letras, por ejemplo, con polémica por su ejecución.
Están a punto de empezar las obras interrumpidas por un accidente. Nadie puede luchar contra un imprevisto.
El Centro de la Cultura del Rioja sigue cerrado.
Las obras están concluidas para que se puedan abrir las puertas el próximo octubre. Las cosas cuesta sacarlas adelante y, en momentos de dificultades, todavía más, pero Logroño no se ha parado, de marcarse metas y objetivos en un tiempo en que todo se paralizó.
Hay colectivos municipales que han expresado su cabreo públicamente, sobre todo, por cuestiones salariales, como policía local o bomberos…
En una empresa de mil trabajadores, que está lidiando una crisis desconocida por sus efectos, en la que a los funcionarios se les congelan y se les bajan salarios, esto tiene sus tensiones, que son muy respetables, pero se han conseguido acuerdos importantes y hoy los trabajadores municipales, que son un colectivo fundamental para que esta ciudad funcione todos los días y sea uno de los lugares con mayor calidad de vida y bienestar, se encuentren entre los mejores remunerados de su ámbito dentro de la Comunidad Autónoma.
Ya está funcionando la estación de ferrocarril. Quizás, lo que falta son trenes y unas infraestructuras acorde a los nuevos tiempos.
Hay que seguir luchando y exigiendo inversiones. Si hemos sido capaces de desarrollar la fase 1 del soterramiento, a punto de finalizar, tenemos que impulsar las fases 2 y 3 con la complicidad de las tres administraciones y el compromiso mantenido con los logroñeses, por encima de lo que se tenía comprometido en 2011. Si hemos conseguido sentarnos con el Gobierno de España para buscar una refinanciación del soterramiento para mejorar condiciones financieras y un mejor marco del convenio de 2002, hay que luchar por la alta velocidad. No se puede renunciar a nada con una modificación de plazos para adecuarse a los nuevos tiempos. El soterramiento ha cambiado la fisonomía de Logroño como no se había logrado en los últimos 50 años.
Hablemos de euros, ¿cuánto ha costado el soterramiento a las arcas municipales?
Hasta ahora, ha supuesto unos los 30 millones. La obra, cuando finalice, estará en los 220 millones. Quiero destacar que, de esos 30 millones de euros, única y exclusivamente, hemos solicitado 4,5 millones de financiación. El resto es ahorro de ejercicios anteriores. Por eso, cuando se nos critica por qué cerramos el año con superávit, he aquí una razón de peso. Hay que gastar de forma eficiente y Logroño es un ejemplo de buenas prácticas en una sociedad tan competitiva.
¿Cómo se ve a Logroño fuera de las fronteras locales?
Logroño es una de las ciudades más importantes de España. Yo me lo creo y tiene que estar presente en todos los foros. Es un orgullo que, cuando se hable en la Federación de Municipios y Provincias, la Vicepresidencia la ostente la ciudad de Logroño o que en las redes más potentes de ciudades, Logroño ha sido impulsora o, por primera vez de su historia, forma parte del Comité de las Regiones con voz y voto. Eso es notoriedad y orgullo de ser logroñesa en una sociedad tan competitiva. El Banco Mundial ha considerado a Logroño como la mejor ciudad española para invertir, capaz de ofrecer suelo industrial a precios muy competitivos, con ayudas del Gobierno Regional, baja fiscalidad y paz social que favorecen instalarse en nuestra ciudad.
Pero ahí está el polígono de Las Cañas con miles de metros sin ocupar, prácticamente vacío.
Lo importante es que, en plena crisis, se terminó el polígono que garantiza suelo para los próximos 20 años. Hay empresas que ya están trabajando y se trabaja por atraer inversiones, que no es fácil, y vender las enormes posibilidades de venir a Logroño. Este objetivo es permanente y se irá ocupando, poco a poco, con nuevas empresas.
Le ha llegado el momento de dejar el Ayuntamiento.
Lo importante es el trabajo realizado por la ciudad de Logroño con los logroñeses. El balance y rendición de cuentas se resume en haberme entregado con toda la ilusión del mundo, con aciertos y errores, a mi ciudad y a mis vecinos.
Pero, después de optar a la reelección, renuncia y da el salto a Madrid.
Las circunstancias han cambiado en mi partido y me piden ocupar otra responsabilidad en la que voy a seguir defendiendo a los logroñeses y a mi región, si me eligen. El presidente Casado me pidió encabezar la lista al Congreso. Siempre es complejo tomar una decisión de esta naturaleza pero los tiempos son los que son y acepto, sabiendo que mi partido tiene banquillo muy valioso y gente para ganar la confianza de los votantes.
Alcaldesa hasta el 15 de junio, a la vuelta de la esquina.
Voy a seguir día a día con los compromisos. La ciudad no se para porque haya elecciones.






