La dinámica de competición miércoles y sábado le sienta bien al Logroño que, en la noche del miércoles, completó un buen encuentro, superó a un correoso Huesca (34-24) y prosiguió con su escalada en la clasificación. Los de Miguel Ángel Velasco, superada la irregularidad de la primera vuelta, piensa ya en Europa y comienza a soñar con el subcampeonato tras un mes de febrero irreprochable.
El Logroño, sabedor de que la victoria valía doble (implicaba dejar atrás a un rival directo como el Huesca y subir un peldaño en la clasificación a costa del Granollers, derrotado el martes por el sorprendente Bidasoa), salió concentrado de inicio, con una actitud más propia de Europa que de Asobal.
Los de Miguel Ángel Velasco dominaron los primeros parciales, incomodaron al Huesca y se cobraron las primeras ventajas. Pero, al cuarto de hora y cuando los oscenses amenazaban zozobra, el Logroño se paró. Arguillas, en la portería, dio confianza a sus compañeros y los altoaragoneses volvieron al partido.
La contienda se igualó, el juego se ralentizó y cuando el partido pareció contenerse, el Logroño, aprovechando su superioridad numérica, se desató. Los riojanos corrieron y, a la contra, martillearon al Huesca que, sin entenderlo, se fue al descanso cinco abajo (16-11) después de dos genialidades de Ilic, desaparecido hasta entonces.
Tras la pausa, el Logroño se desconcentró -tardó más de seis minutos en estrenarse- y permitió al Huesca, pese a jugar en inferioridad, meterse en el duelo (16-14). Ante la falta de acierto de los suyos, Velasco paró el juego. Kukic (el mejor en la segunda mitad) acabó con la sequía y el Logroño volvió a respirar, reforzado en su actitud defensiva.
Recuperado el colchón de seguridad, el Logroño se gustó y, aprovechando el despliegue atlético de Scott Junior, se fueron siete arriba (22-15).
Faltaba un cuarto de hora pero la victoria estaba más que encarrilada después de que riojanos y oscenses se enfrascaran en un descafeinado intercambio de golpes en los últimos quince minutos.Los de Velasco progresan adecuadamente.
Los de Velasco progresan adecuadamente.
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