Desmantelados tres talleres mecánicos ilegales en Autol, Logroño y Rincón de Soto
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) ha desmantelado tres talleres mécanicos ilegales en Autol, Logroño y Rincón de Soto, cuyos propietarios, naturales de La Rioja, Bolivia y Rumanía, han sido denunciados por la Guardia Civil por la comisión de infracciones graves y muy graves de las normativas industrial, medioambiental y la Seguridad Social.
Según ha informado el Instituto Armado en una nota, en estos talleres, que han sido precintados, se realizaban reparaciones de vehículos a motor, sin que contaran con los permisos y autorizaciones necesarios para realizar legalmente las tareas propias de este tipo de negocios, así como para la gestión de los residuos ocasionados en esta actividad.
Las actuaciones forman parte del operativo que se ha llevado a cabo en talleres mecánicos y en centros autorizados de tratamiento de vehículos (CATV) de toda la región con el fin de detectar actividades relacionadas con el tráfico ilícito de todo tipo de vehículos a motor, el despiece de los mismos y el incumplimiento a la normativa sobre residuos, seguridad industrial, contaminación atmosférica, consumo y comercio, ley de aguas y otras materias.
Durante este operativo, el Seprona y del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (G.I.A.T), han llevado a cabo un total de 22 inspecciones en talleres y centros autorizados de tratamiento de vehículos (CATV) ubicados en Albelda de Iregua, Alfaro, Autol, Bañares, Calahorra, Logroño, Murillo, Nájera, Rincón de Soto, Sorzano y Villamediana de Iregua, que han dado como resultado la tramitación de 16 infracciones graves y muy graves a la normativa medioambiental, de industria y seguridad social.
Las actas de infracción han sido remitidas a los ayuntamientos afectados y a las autoridades competentes en materia medioambiental, industria y seguridad social.
Riesgo para la seguridad vial
La Guardia Civil ha recordado que «los talleres clandestinos usan recambios de dudosa procedencia o de segunda mano y no cuentan ni con el espacio, ni las herramientas, ni la cualificación y ni la formación necesaria para llevar a cabo las reparaciones bajo unos mínimos controles de calidad y garantía, lo que supone un grave riesgo para la seguridad vial, sobre todo si se trata de piezas de mala calidad relacionadas con sistema de frenos y dirección del vehículo».
También ha asegurado que este tipo de establecimientos «ponen en peligro el medio ambiente al incumplir la normativa que regula la gestión de residuos, es decir, el tratamiento inadecuado de los residuos tóxicos que se generan en la reparación de cualquier vehículo a motor (aceite residual, lubricantes de las cajas de cambio, pastillas de freno, filtros, neumáticos, baterías, etc.)».






