El regreso más feliz
El Calahorra festejó el pasado 27 de mayo su tercer ascenso a Segunda B y, desde el martes, comenzó a sentirse equipo de bronce en el inicio de la pretemporada rojilla.
Sobre un césped impecable en los campos de San Celedonio y San Emeterio, pasadas las diez de la mañana, el navarro Miguel Sola transmitía sus primeras órdenes técnicas a la plantilla que tratará de conseguir una permanencia, tranquila, en la categoría.
De momento, el técnico rojillo ya tiene todo. Las dieciséis fichas séniors están cubiertas y sólo faltan los sub’23, ‘atados y bien atados’ pero que no estarán en Calahorra hasta la semana que viene.
En esta primera sesión no faltaron los protagonistas del ascenso en Buñol (Gonzalo, Gorka Alegría, Yassin, Parla, Javi Duro, Almagro, Barace, Goñi, Rodrigo o Alain Barrón), a los que se sumaron los recién llegados Zabal, Javi Martínez Barrio, Morgado y Txomin Barcina. El capitán Cristian se ausentó con permiso del club además del recién llegado Gabriel Ortega, el último en acabar la temporada.
Junto a ellos, evolucionaron sobre el césped Samuel Obeng y Raúl Rodríguez, a prueba, así como Adrián Pascual y Adrián Narvaiza, que integrarán la estructura del club en Regional.
Por delante, el conjunto rojillo tiene poco más de un mes para mantener el estilo que le llevó al éxito en Tercera y sentar las bases de identidad de un equipo que, pese al salto de categoría, quiere ser protagonista desde la pelota.
Ilusión sobra en el Calahorra, y recursos, en una plantilla configurada en tiempo récord.
A la espera de ratificar las cuentas en Asamblea, el primer equipo contará con un presupuesto cercano a las 300.000 euros, la mitad de lo que dispondrá una entidad que vuelve al sitio que le corresponde.
Seis riojanos y ocho amistotos
El Calahorra presume de base riojana para su regreso a Segunda B y no le falta razón. De las 16 fichas sénior, seis las ocuparán jugadores de la tierra. El capitán Cristian, ausente en la foto, y Gonzalo, siguen del curso pasado, a los que se han sumado Zabal, portero, el zaguero Javi Martínez Barrio, el centrocampista Txomin Barcina y el punta Ubis. Mucho riojano y bueno.
Antes de su debut oficial, ha cerrado ocho duelos de preparación: contra el River Ebro, el 25 de julio; en Tafalla, contra la Peña Sport dos días más tarde; frente a la Real C, el 31 de julio, en La Planilla, en la presentación oficial; además del Deportivo Aragón (La Planilla, 5 de agosto), Tudelano (8), Mendaviés (12, Mendavia), Burgos (el 15, en Pradejón) y Ebro, en La Planilla, el 18.

El nuevo viejo reto de Sola
Miguel Sola (Pamplona, 1957) lo fue todo como jugador del Athletic y, como entrenador, fue uno de los nombres propios del grupo norte la década pasada, categoría en la que se hizo un currículo principalmente en las filas del Real Unión, al que dirigió en dos etapas, aunque también fue el responsable de Peña Sport, Izarra o Huesca, hasta totalizar más de 150 partidos en la categoría.
El pasado verano dejó atrás la experiencia de la Tercera navarra en busca del ascenso con el Calahorra, veinte años después de la promoción de Casetas. Ahora la meta es consolidar la Segunda B para la ciudad de Calahorra.
Como técnico en Irún, se enfrentó al once rojillo de Remírez y Nacho Martín, «un equipo que se respetaba, era duro y difícil de batir», características que aspira a recuperar. «Eso es lo que queremos, pero también que se juegue bien al fútbol», apostilla porque, en la década que el pamplonés lleva fuera de la división de bronce, «el fútbol ha evolucionado, ha cambiado».
Para el Calahorra consolidarse es un reto mayúsculo pero también lo es para Miguel Sola, que aspira «a dejar al equipo en Segunda B porque ha costado mucho llegar aquí». La permanencia es el reto común aunque «sin renunciar a nada porque somos ambiciosos».
De esta forma, con la «ilusión» por bandera por volver a una categoría de prestigio, el Calahorra no dará un paso atrás para mantener lo conseguido sino que aspira a ser protagonista desde el balón.
«Quizás la gente piensa que se juega a no perder pero creo que jugar a eso es un error. Queremos mantener las señas de identidad del año pasado: ser agresivos en la recuperación, sin balón, sin perder las esencias», apuntaba.
Para mantener el estilo, Miguel Sola tiene a su favor la continuidad de la plantilla y que los recién llegados ya trabajan a sus órdenes. «Tenemos un equipo consolidado, con experiencia en la categoría, gente que conoce la Segunda B y con futbolistas riojanos», apuntaba consciente de que el Calahorra, pese a su condición de novato, no será una sorpresa «porque hoy en día se conoce todo». «Cada año se reinventan todos los equipos. Aspiramos a jugar bien al fútbol y ser un equipo duro de batir», se despedía antes de retomar el mando de la primera sesión de trabajo.

Lorente: «Queríamos una plantilla riojanizada y la tenemos»
Tomás Lorente fue directivo en el segundo ascenso del Calahorra a Segunda B y, desde el pasado 27 de mayo, en su quinta temporada al frente de la entidad, asume en primera persona el reto más complicado, lograr que el paso de los riojabajeños por la categoría no sea flor de un día. Ayer martes, en el primer día de trabajo de la 2018-19, tenía motivos para presumir.
El presidente, como jugadores y cuerpo técnico, se reconoce «ilusionado» y convencido de que el objetivo «salvar la categoría sin pasar apuros, asentarnos en 2ª B», es factible.
La primera alegría del curso se la llevó con la configuración de los grupos, «el mejor para todos si lográbamos mover a Burgos y Conquense». «Tenemos a 16 equipos a menos de 200 kilómetros de Calahorra, habrá partidos bonitos», avanzaba.
La segunda llegó con la rápida configuración del plantel. «Era muy importante hacer la pretemporada todos juntos. Eso ayuda mucho. Faltan sub’23 pero están al caer», informaba porque «el hecho de subir en la primera eliminatoria nos ha ayudado mucho a planificar». Además, se ha apostado por gente de la zona: «Queríamos una plantilla riojanizada y la tenemos».
El ascenso es la piedra angular del proyecto Calahorra 2020 que, por ahora, cumple satisfactoriamente etapas. «Hemos hecho lo más difícil, subir a 2ªB. Mantenerse será complicado pero esperamos crecer un poco cada año. Además, hemos creado un Regional con el objetivo del ascenso, para crear la estructura acorde con lo que La Rioja Baja ha de tener», se despedía.






