Menos vocaciones, pero de calidad
Bárbara Moreno / Logroño
¿Crisis vocacional, o crisis de respuesta a las llamadas que ha hecho Dios siempre? Ahí está la cuestión que plantean tanto el rector del Seminario de La Rioja, José Antonio Barrios, como los tres diáconos (anterior a sacerdote) que hoy tiene la Iglesia en La Rioja, Alfonso Sáenz (39 años), Manuel Hernández (24) y Juan José Fuentes (26), en una charla con Noticias de La Rioja. Estos dos últimos serán ordenados sacerdotes este mismo sábado en Logroño. Y con la ordenación en próximas fechas de Alfonso, son tres los sacerdotes que se ordenarán este año, un número más que sorprendente e inusual. El último sacerdote se ordenó en La Rioja hace dos años, y el siguiente no lo hará al menos hasta dentro de 3 años.
El Seminario de la Diócesis riojana, que opera en Burgos desde el año 2000, cuenta con un diácono, dos seminaristas mayores, y cuatro seminaristas menores (de ESO). Esa es la cantera del Seminario riojano, a los que hay que sumarle 30 preseminaristas, o chicos de Primaria que un fin de semana al mes se reúnen en el Seminario. De estos, se quedan al año como seminaristas, uno o dos.
Cuando el Seminario estaba en su máximo esplendor, «por los años 60», explica Barrios, ha habido en La Rioja 350 alumnos, y salían al año 10 sacerdotes. Hace 20 años por ejemplo, plantea, había unos 150 alumnos. Hace 10 años, 16 y hoy 6. «Hoy el porcentaje de curas respecto a alumnos es mayor». Barrio ejemplifica con que «hace 25 años, que es cuando estaba yo, de mi curso de 30 seminaristas salimos 5 curas». «El Seminario siempre ha sido un centro de orientación vocacional, pero a nadie se le escapa que era un Instituto más y que muchos chicos estudiaban aquí como en un centro más o por otras necesidades», apostilla Barrios.
Más auténticos
«En los próximos años seremos menos, pero la llamada vocacional es la misma, el problema es que no hay respuestas, hay crisis de respuesta, y hay miedo a dar el paso. En el mundo de hoy no es fácil ser cura«, indica Barrios. Y es que, aunque los datos parecen claros, y hay una crisis vocacional respecto a décadas anteriores, los religiosos entrevistados plantean que ahora las vocaciones son más auténticas, «son de verdad», y por tanto, de más calidad. Y los que entran al Seminario son para quedarse. Incluso están entrando personas de más edad con las ideas más que claras.
Lo que más les cuesta es darse «por enteros a Dios y a los demás», dedicar toda su vida a la Iglesia, y dejar a la familia. Pero, ¿cuándo les llega la vocación?, Sáenz explica que Dios te va llamando siempre, «pero de más joven igual no le haces caso, porque somos menos generosos, pero te va dejando caramelos como premio a lo largo del camino». Y cuando haces caso a esa llamada, «eres feliz, porque has encontrado tu sitio en el mundo», añade Hernández.
¿Y cuándo les entran las dudas? Pues los tres diáconos dicen que continuamente. «En la sociedad hay un rechazo a la fe y a ser católicos». «Pero cuando sales del armario», ejemplifica Sáez, «todo es alegría». «Las dudas entran como cuando les entran a los que se van a casar y piensan si van a ser capaces de dedicar toda una vida a una persona», apunta Fuentes.
Con todo, los protagonistas de hoy, cercanos, seguros y más que felices con su vocación pese ‘al que dirán’, animan a aquellas personas que hayan sentido la llamada a que sean generosos y den su vida a la Iglesia, «ser cura es ser alguien para los demás», concluyen.
Juan José Fuentes y Manuel Hernández, sacerdotes en dos días
Juan José Fuentes, de 26 años y de Logroño, es diácono desde el año pasado, y el sábado se ordenará sacerdote para desarrollar su labor parroquial en Autol. Manuel Hernández, de 24 años, es diácono también desde el año pasado y sigue estudiando en Roma, aunque ahora pasará un tiempo en labores parroquiales en La Rioja cuando el sábado también sea ordenado sacerdote en Logroño, en concreto en la capilla del Seminario de La Rioja. La celebración es como una boda. Ambos se mostraban ayer emocionados porque esto supone el gran paso en sus vidas y para lo que llevan más de 14 años preparándose desde que entraron como seminaristas con 12 años. Los dos consideran que es lo que más feliz les hace en su vida y que desde pequeños quisieron ser curas, «para dedicarse a todos».
Cambios en la Iglesia con el apoyo de los laicos
Y ante la caída del número de sacerdotes en España en general, y en La Rioja en particular, es imposible dar cobertura a todas las parroquias. Los religiosos entrevistados apuestan por un cambio en la Iglesia, el que están ya promoviendo desde las más altas esferas. Incluso el obispo riojano, Carlos Escribano, lo está desarrollando en La Rioja, «ya que quiere renovar la misión, y hacer un llamamiento a todos los laicos para que participen en la Iglesia, porque considera que la fe está adormecida», explica el rector del Seminario, José Antonio Barrios. La intención por tanto es que los laicos cada vez participen más de la Iglesia y se hagan cargo de la atención pastoral de los pueblos. De hecho, ya hay matrimonios que están desarrollando estas labores pastorales en las parroquias de algunos pueblos riojanos.
La vocación internacional que llega a La Rioja
En sudamérica crece la vocación religiosa tanto de mujeres como de hombres. Y también están llegando a La Rioja. En los conventos hace años que habitan monjas sudamericanas, también de otros países de Asia y África. Y la Diócesis cuenta con sacerdotes hasta del Congo. En el Monasterio de Valvanera con la anterior congregación, los Benedictinos, ya había monjes extranjeros. Y la congregación que está surgiendo con fuerza es el Instituto del Verbo Encarnado, IVE, de origen argentina, que gestiona hoy, y al menos durante 5 años, el Monasterio. Precisamente el prior, Agustín María Prado, es argentino, y le acompaña en la vida monacal otro monje de Italia y otro de Chile. Desde la Diócesis riojana precisamente destacan al IVE como nueva orden con nuevas vocaciones.






