Transportistas denuncian que con el desvío a la AP-68 hacen hasta un 60% más de recorrido
Bárbara Moreno / Logroño
Transportistas del corredor norte de CETM La Rioja, Navarra, Vizcaya y Cantabria se reunieron ayer en Logroño para mostrar su total repulsa al aumento de recorrido que realizan los vehículos pesados por el desvío obligatorio de camiones de la N-232 a la autopista AP-68, puesto en marcha en diciembre. Según explican, algunos recorridos se incrementan hasta un 60% para acceder a la autopista, aunque se haga recorrido en dirección opuesta. Es el caso de un transportista con sede en El Villar de Arnedo que para desplazarse a Agoncillo se ve obligado a retroceder hasta Calahorra para tomar la autopista.
Así, critican que la AP-68 tienen muy pocos accesos en sus 150 kilómetros de vía. Y el problema es más grave en Rioja Baja. Por ejemplo, el desplazamiento desde Agoncillo a El Villar de Arnedo, el recorrido es 25,4 kilómetros más largo por la autopista que por la nacional. Y 20,5 kilómetros más se recorren para ir de Agoncillo a Pradejón y 14,2 más para ir a Arnedo desde Agoncillo, por la autopista. Se hacen 25,2 kilómetros más de Autol a Alfaro, 17,4 de Quel a Alfaro, 36,4 más de Aldeanueva de Ebro a Alfaro o 37,2 de Rincón de Soto a Alfaro. Acceder a otros puntos como Arnedo, Quel, Autol o Rincón de Soto tiene consecuencias similares.
Pérdida económica
Para CETM, La Rioja «estas situaciones lastran a las empresas de transporte y a todo tipo de industrias, sin que se traduzca en una mejora de la seguridad vial en la N232». Calculan que por cada kilómetro de más que hacen supone un euro y diez céntimos más. Además consideran que los riojanos son los más perjudicados, y por tanto es el sector económico de la región el que «pierde competitividad respecto a otras comunidades». Pero también contabilizan el exceso de contaminación; «se calcula que un vehículo pesado emite casi 2 kilos de CO2 por cada kilómetro recorrido».
Así, para evitarlo, hay transportistas que deciden circular por carreteras secundarias, incrementando la peligrosidad de estas vías, ya que no reúnen tantas medidas de seguridad como la N-232.
Los transportistas reclaman a la Administración que les tenga en cuenta y han transmitido ya estas quejas al Gobierno riojano, que respondió que está valorando la situación.
Ejemplos de recorridos
Para desplazarse de Aldeanueva de Ebro hasta Alfaro, los transportistas (con camión de cuatro o más ejes) se ven obligados a retroceder hasta Calahorra para acceder a la autopista AP-68 y llegar a su destino por esta carretera de peaje. Lo que por la N-232 supone un recorrido de unos escasos 14 kilómetros y una duración de 16 minutos, se convierte ahora en un trayecto de 51 kilómetros y tres cuartos de hora para tomar el peaje de la autopista y evitar de esta forma transitar menos de un kilómetro por esta carretera nacional entre un tránsito y otro.
Para acceder a poblaciones como El Villar de Arnedo o Pradejón desde Logroño tiene consecuencias similares, ya que en vez de abandonar la AP-68 en Agoncillo y transitar hasta esos municipios por los 22,6 km que separan el peaje de estas poblaciones, los transportistas se ven obligados a desplazarse hasta Calahorra por la AP-68 para regresar, ahora sí, por la N232 hasta cualquiera de estas localidades riojabajeñas, aumentando sus recorridos en 25,4 km y 21 minutos, con el único objetivo de reducir el tránsito por la N-232 en 9 kilómetros.






