Batiendo récords

Feli Agustín / Logroño
Al igual que las exportaciones riojanas el año pasado, que alcanzaron una facturación histórica de 1.848,2 millones, la VI Misión Inversa de Alimentación y Vino que organiza la Federación de Empresarios de La Rioja (FER), ha registrado en esta edición cifras récord. Un total de 59 importadores de 22 países y 85 firmas riojanas participan en una iniciativa, que se configura como «única» dentro de la Red Europea de Empresa, conformada por 600 organizaciones de la UE.
Con la novedosa participación de importadores mexicanos, suizos o canadienses, además de estadounidenses, chinos, y europeos, la presencia de dos agencias gubernamentales de Holanda y Suecia confirman el éxito de un evento, que en las cinco ediciones anteriores ha facilitado un centenar de operaciones de negocio.
«Dentro de las misiones inversas, la de la FER se establece como singular», explica Sheila Argáiz, jefa del Departamento Internacional, quien relata que, además de la atracción de importadores, desarrollan acciones de difusión de la misión complementarias en los países objetivo, como acuerdos con la Cámara de Comercio e Inversiones de China en España o con las oficinas comerciales españolas en Canadá o Suiza. «Se trata de exprimir al máximo los contactos», reflexiona Argáiz, quien resalta la «estrechísima» colaboración que mantienen con la Agencia de Desarrollo de Holanda, dependiente del Ministerio de Economía, unas relaciones que en los dos últimos ejercicios han posibilitado la visitas técnicas de las asociación de mataderos y empresas cárnicas y la de frutas y verduras riojanas.
Cada vez más apreciados en el exterior
El presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, destacó el miércoles en Riojaforum, en la apertura de la VI Misión Inversa de Vino y Alimentación organizada por la FER, el apoyo del Ejecutivo regional «a la salida de nuestras empresas al exterior y a reforzar su capacidad de exportar».
Ceniceros señaló que la internacionalización es uno de los ejes de nuestra política económica y que los productos riojanos cada vez son más valorados en el mercado exterior. Además, recordó que La Rioja lleva seis años consecutivos logrando datos «de exportaciones récord» y situándose como una de las comunidades autónomas con mejor tasa de cobertura de España. Los sectores agroalimentarios y de bebidas suponen el 32% del total de las exportaciones riojanas, con un importe de ventas al exterior que superó en 2017 los 590 millones de euros. El año pasado exportaron 701 empresas riojanas de ambos sectores, 221 del agroalimentario y 480 de bebidas.
Además de ADER, BBVA y J.F. Hillebrand Spain colaboran con la FER en la organización de esta Misión Inversa.

Álvaro Ruanes (Castillo de Sajazarra): «¿Qué oportunidades tiene el vino de Rioja fuera? Todas»
Buscar nuevos importadores, tanto en los países donde ya llegan como en los que no tienen presencia, es el objetivo de bodegas Castillo de Sajazarra, que ya ha participado en ediciones anteriores de la Misión. «No nos conformamos, queremos incrementar ventas», explica su director Álvaro Ruanes, que apunta a México, Bulgaria o Letonia como países objetivo.
Con exportaciones directas a una veintena de naciones, e indirectas, a través de los vinos kosher que elaboran para comunidades judías, Ruanes calcula que sus vinos se distribuyen en medio centenar de países, donde venden -en función de los ejercicios- hasta el 40% de su producción, que se eleva a unas 200.000 botellas al año.
Con marcas como Solar de Líbano o Castillo de Sajazarra, el director de la bodega valora la «comodidad y cercanía» de una actividad que resulta económica para pequeñas empresas, «con lo que, a poco que salga, son rentables». De hecho, cuenta con dos clientes de años precedentes, relata Ruanes, quien considera que Rioja tiene y tendrá «todas» las oportunidades en el exterior a pesar de la dura competencia.

Pedro González-Ripa (El Avión): «Es un error tremendo tener miedo a exportar»
El Avión, firma riojana fundada en Logroño en 1929, se estrena en esta edición de la Misión, que acoge por primera vez a los elaboradores de dulces. Centrada en el mercado nacional, el objetivo de la empresa familiar es dirigir sus caramelos -toffes, de nata, café con leche o de sabores- o productos gourmet navideños, al mercado internacional.
«Este evento es muy práctico porque te permite mantener una docena de entrevistas con potenciales importadores o clientes», considera su responsable de exportación, Pedro Sáez-Ripa, que resalta que se potencian otros productos agroalimentarios, además del vino.
Sus países destino, además de los europeos, son los árabes, amantes de los dulces, aunque constata la dificultad de incorporarse al mundo de la exportación.
«Es difícil, porque nuestra competencia, por ejemplo los italianos, lleva 10 o 15 años vendiendo en el exterior», reflexiona Sáez-Ripa, que entiende que las pymes españolas «han tenido siempre miedo a exportar», un error «tremendo» en un mercado globalizado. «Entendemos que es momento de exportar porque el mercado nacional está muy maduro», señala.

Ángela Montoya (Lácteos Martínez): «El mercado internacional es el que nos puede ayudar a crecer»
Elaboradores de queso y comercializadores de aceite, el mercado internacional es importante para la firma jarrera Lácteos Martínez, porque les puede ayudar a crecer, teniendo en cuenta que en el nacional ya están «muy estabilizados». Ángela Montoya, del departamento de marketing, explica que a los importadores «les gustan mucho» el queso Los Cameros porque lo tratan como un producto «exclusivo» por su corteza natural y los ingredientes de calidad, leche del entorno y recetas tradicionales.
Lácteos Martínez, firma familiar fundad en 1961, ha participado en las seis ediciones de la Misión Inversa, que consideran una «muy buena oportunidad, de donde salen contactos y negocios», afirma Montoya.
La compañía, que cuenta con 64 trabajadores, elaboró el año pasado 1,9 millones de kilos de queso, y en la actualidad exporta el 8% de su producción, sobre todo a Alemania, con el foco puesto en Estados Unidos. Su representante explica que resulta más fácil vender en el conjunto de la UE, y «hay que adaptarse» a los requisitos legales que exigen otros países, lo que obliga a las pymes a realizar «un gran esfuerzo».

David García (Pafritas): «La exportación es un proceso a largo plazo»
Empresa familiar, de Navarrete, la segunda generación de Pafritas, que se hizo cargo del negocio hace un lustro, ha apostado decididamente por la exportación. De entrada, cambiaron los paquetes para ofrecer mayor perdurabilidad al producto, necesaria para los destinos asiáticos, como China, Japón o Malasia, donde tienen presencia.
La firma, fundada en 1994, produce más de tres toneladas diarias de patatas de la zona de Santo Domingo de la Calzada, y su filosofía se asienta en elaborar un producto «natural y de calidad», por lo que utilizan patatas de la variedad agria y sal mineral del valle alavés de Añana.
Con ocho diferentes referencias -artesana, ajo, picante, riojana o sin sal-, la de trufa negra les ha reportado un premio de innovación, explica su responsable de exportación, David García.
Partiendo de República Dominicana, Canadá o el mercado europeo, de Suecia a Rusia, son sus destinos, donde exportan ya el 30% de su producción, con la previsión de facturar este año «casi la mitad» en el exterior, gracias a que se han introducido en Estados Unidos, un mercado de gran capacidad. «La exportación es un proceso a largo plazo, siembras ahora para recoger después, pero es gratificante», afirma García.






