Desquiciante derrota del Clavijo
El Clavijo sumó una nueva derrota en un mal partido en el que, pese a ceder la iniciativa al Cáceres durante tres parciales, los riojanos entraron en el último minuto uno abajo (68-69). Cuando la remontada parecía un hecho, el Clavijo se ofuscó y volvió a doblar la rodilla ante un Cáceres que se contagió del juego a ráfagas local (71-76).
El Clavijo tardó en cogerle la medida a un Cáceres, mucho más dinámico y acertado. Los extremeños se cobraron una mínima ventaja aunque los de Jenaro Díaz, con un parcial de 5-0, recobraron una iniciativa (16-14) que no supieron mantener. A falta de un minuto, Tarik Philip debutó con dos tiros libres anotados, un rebote y una falta que permitió que el Cáceres se fuera cuatro arriba al primer descanso.
Salió tan frío el Clavijo que, a los treinta segundos, Jenaro Díaz se vio obligado a pedir un tiempo muerto. El Cáceres se estiró hasta un inquietante 18-26, espoleado por la contundencia de Keshinro. Menos mal que el Clavijo encontró a Bravo que, con dos triples, evitó males mayores aunque el atasco en ataque era endémico.
El capitán era el único resorte ofensivo de un Clavijo que, a ritmo de triples, evitó que el Cáceres –Grabauskas no encontró oposición en la pintura completando hasta cuatro acciones de la misma factura- se fuera al descanso con el partido resuelto (36-45).
En el tercer parcial, los logroñeses siguieron atascados por dentro y se vieron obligados a buscar por fuera soluciones. El acierto de Gutenius y Quintela permitió aderezar los pésimos porcentajes del equipo en este apartado (11 de 33 anoche) y contener a un Cáceres que sí sabía hacer daño por dentro. El Clavijo, guiado por el debutante Philip, jugaba a espasmos, desnortado, incapaz de serenarse. Su frenesí contagió al Cáceres que se vio obligado a parar el partido a la que sintió que los riojanos se acercaban (47-53). El Clavijo no pudo prologar su caos premeditado y el Cáceres, con un poco más de pausa pero desacompasado en el lanzamiento, se fue al parcial definitivo nueve arriba.
El Clavijo mostró una actitud bien diferente en el último período. Coggins, desaparecido durante media hora, y Moto metieron al conjunto riojano en el partido con sendos triples (63-64). Se tocó a rebato aunque los riojanos sólo fueron capaces de anotar desde la personal. Aún así, al Cáceres le entró el miedo, entró en el último minuto uno arriba y sólo se salvó porque el Clavijo, preso de los nervios, desperdició sus cuatro últimos ataques, resueltos de la peor forma posible. Una antideportiva a falta de ocho segundos a Coggins, exagerada, finiquitó una contienda inexplicable Nueva derrota, vicios de siempre. La permanencia, una quimera.






