Pedro García (Logroño, 1965), delante de los micrófonos, y Ana Álvarez (Pamplona, 1976), tras ellos, presentaron el miércoles con una gran afluencia de medios los nuevos protectores destinados a paliar y mitigar dos de los males que tanto menguan el rendimiento de los pelotaris: el mal de manos y los dedos blancos. Lo hicieron en un acto que contó con la presencia de Iker Irribarria, la zurda más demoledora del circuito profesional, y David Merino, el zaguero diestro con mejor mano izquierda de los cuadros largos. Los dos avalan la validez del nuevo protector recién patentado (Regius será su nombre comercial) y que podrá ser utilizado tanto por pelotaris aficionados como de base.
El protector, un compuesto químico a base de propileno, tras pasar todo un período de pruebas, ha sido testado con garantías. En laboratorio, ha resistido 50.000 percusiones con un émbolo; en el frontón, cuenta con el beneplácito de los interesados. No se deforma, no molesta, protege y uniformiza el golpeo. Además, como indica Pedro García, masajista de Aspe, «ni acaba con el esparadrapo ni con el ritual de los tacos», intrínsecamente ligado a este deporte.
El protector presenta dos grosores: 0,30 milímetros, para los delanteros, y 0,65, para los zagueros.
«El protector», recordaba su co-creador, «es capaz de distribuir el impacto con más efectividad. Es el sueño de cualquier pelotari».
Aunque en su presentación estuvo acompañado de Irribarria y Merino II, este protector mira también al aficionado y a las incipientes pelotaris. «Permite la continiudad en los entrenamientos y en los partidos», continúa el logroñés Pedro García, «porque se limita el dolor de manos». «Sabemos que los niños pelotaris se pasan a otros deportes porque les duelen las manos. Creemos que con este tipo de protector, esta ‘fuga’ será menor», explica. Igualmente, éstos pueden servir para las pelotaris «que en la actualidad juegan con un material más lento y más blando pero que, con estos protectores, su juego puede ganar en dinamismo», apunta.
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