Alejandro Morrás por fin podrá jugar en el club que desea
El pasado 18 de octubre, Alberto Morrás, padre de Alejandro (Logroño, 2000) se personaba en el centro de la capital riojana con un cartel colgado al cuello en el que reclamaba al EDF, el club con más licencias de La Rioja, que diera la carta de libertad a su hijo para poder continuar la temporada en el Tedeón, el club con el que se entrenaba desde septiembre.
El trasfondo era algo habitual en el fútbol, tanto amateur como formativo: jugadores que firman la ficha con un club pero que en el transcurso de la temporada deciden cambiar de aires. Lo inusual fue la escenificación llevada a cabo por el padre del portero juvenil.
Alberto reconocía a este periódico que con su gesto simbólico sólo trataba de acelerar la salida de su hijo del EDF, sin intención alguna de menoscabar la imagen de la entidad logroñesa. Club y jugador compartían hilo argumental (no era una cuestión monetaria) pero la rescisión de la ficha se demoraba a la esperaba de que la entidad logroñesa le encontrase un sustituto.
Tras un acto de conciliación fallido en el Comité Jurisdiccional y de la Conciliación de la Federación Riojana de Fútbol, órgano creado para dirimir este tipo de controversias, Alberto Morrás se echó a la calle para dar a conocer la situación de su hijo, dispuesto a dejar el fútbol ante la imposibilidad de jugar en el Tedeón, club de la misma categoría (Juvenil Territorial) que el EDF, que le había reservado un puesto en su Territorial.
El acuerdo, que como confirmaban desde el EDF era cuestión de horas, se enfrió hasta que el pasado martes, último día de octubre, la parte solicitante, Alberto Morrás, y la interesada, el EDF, llegaron a una entente cordial en el Comité Jurisdiccional que ha corroborado que «reunidos el club y la familia se ha llegado a un acuerdo amistoso entre las partes por el que Alejandro Morrás podrá volver a jugar el fútbol en el equipo que desee». «Este acuerdo se ha conseguido cediendo ambas partes, pensando en el bien del jugador y en la imagen del EDF Logroño», concluía el acta de conciliación.
Resuelto el entuerto, Alejandro seguirá jugando al fútbol. Bien está lo que bien acaba piensa Alberto Morrás, el padre que reclamó su tránsfer a pie de calle.





