La abstención de Cambia impide una postura unánime sobre Cataluña
Feli Agustín / Logroño
El texto aprobado el lunes, con el respaldo de PP, PSOE, Ciudadanos y Partido Riojano, apoya «rotunda y unánimemente» a los alcaldes y concejales de Cataluña que desempeñan sus funciones diariamente dentro de la legalidad, con respeto a las leyes y en defensa de los derechos de los ciudadanos , y expresa una condena «total y absoluta» a quienes llevan adelante esas actitudes intolerables contra los que cumplen las leyes, la Constitución y los compromisos asumidos con los ciudadanos. Se trata de una trasposición de la Declaración Institucional aprobada en la última Junta de Gobierno de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), donde recibió el voto unánime de populares, socialistas y también, como recordó la alcaldesa, de Izquierda Unida.
«Esto es política con mayúscula y altura de miras», argumentó Cuca Gamarra, que afeaba así la postura de Cambia Logroño, cuya abstención hizo imposible una declaración unánime de apoyo a un texto en el que se defiende y defenderá con «decisión y convicción absolutas» la legalidad, la convivencia, la libertad, la tolerancia y el cumplimiento y acatamiento de los principios constitucionales como pilares del estado de derecho democrático.
Dentro de la Constitución
«Todo lo que suceda en Cataluña ha de producirse dentro de la Constitución, nada se puede hacer fuera del respeto a la legalidad vigente» reza un acuerdo sobre cuya esencia se apoyaron las intervenciones de los grupos que lo respaldaron.
Así, Cuca Gamarra considera que ante el «desafío extremo» en el que ha colocado a los ciudadanos el gobierno de la Generalitat, de amenaza «real y poderosa» al sistema democrático, no cabe sino posicionarse «con contundencia y sin fisuras» en defensa del marco de convivencia entre los españoles que supone la Constitución. «En el marco constitucional cabe todo; fuera, no cabe nada», afirmó Gamarra, quien lamentó la imposibilidad de alcanzar en el Ayuntamiento de Logroño una opinión unánime, al tiempo que recordó a los catalanes no independentistas que «no están solos».
«Este acuerdo que se plantea por parte de cuatro grupos es el respaldo a nuestros compañeros catalanes que, desde la defensa de legalidad, han sufrido ataques coacciones o cualquier tipo de presiones», afirmó la alcaldesa, que calificó como «antiguos» a los nacionalismos.
La portavoz socialista, Beatriz Arraiz, coincidió con Gamarra en que «fuera de la ley no hay libertad ni garantía de derechos; solo discrecionalidad», y censuró la «nefasta»gestión, tanto de Puigdemont como de Rajoy, uno por «rupturista», el otro, por «inmovilista». Aunque calificó de «charlotada» el amago de referéndum del uno de octubre, sí que reconoció el «arraigo» independentista en Cataluña a cuyos seguidores «hay que llevar un proyecto nuevo, un pacto de convivencia que sustituya al del 78; hay que dialogar y pactar; votar juntos para permanecer juntos».
Julián San Martín, de Ciudadanos, mostró su satisfacción porque «la mayoría silenciada por la coacción» dio un ejemplo de respeto y convivencia el pasado domingo, y fue capaz de romper un discurso «construido con años de adoctrinamiento» en los colegios, «fomentando el odio y señalando a quienes no piensan como ellos».
Insistió en la postura que defiende C’s hace días y reiteró la necesidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones y obtener una representación «para sentarnos y plantear un futuro que no fracture ni divida, sino que sume».
El concejal regionalista Rubén Antoñanzas constató que cualquier opinión se puede defender dentro de la legalidad vigente, y apeló a alcanzar acuerdos desde el consenso. Aprovechó su intervención para reclamar un nuevo modelo territorial «más justo e igualitario», porque entiende que el actual perjudica a La Rioja.
De pirómanos y fascistas
Los cuatro concejales de Cambia Logroño decidieron abstenerse ante la negativa del resto de los grupos de aceptar una moción en la se solicitaba la condena a «la coacción y violencia» que «sufrieron», indican, «quienes solo querían votar» el uno de octubre; además de un referéndum pactado. Durante su intervención, su portavoz, Gonzalo Peña, acusó al PP de buscar votos y «tapar sus vergüenzas» con este asunto, ya que «siguen siendo niños pirómanos cuando hacen falta bomberos en forma de representantes con altura de miras y responsabilidad de Estado». El PP se siente cómodo en esta «orgía de nacionalismos destructivos», continuó Peña, que les criticó por querer «arrogar» la defensa de la legalidad «desde una sede con 200.000 euros pagados en negro y con 900 cargos imputados».
La intervención del portavoz de Cambia Logroño fue tachada de «vacía y fuera de la ley» por el popular Javier Merino, que definió su discurso como «fascista», que «desprende odio, enfrenta y mancha».
«Ha utilizado argumentos ilegales e insultantes», afirmó la alcaldesa, quien se dirigió directamente a Peña para advertirse de que «lamentará» algún día el discurso pronunciado, en medio de «un golpe de estado» a una democracia «que tanto nos ha costado construir».






