«El Clavijo es lo primero»
Jenaro Díaz (Oviedo, 1971) debuta este viernes en la Oro, como técnico solista, después de aprender a la sombra de los mejores. Su objetivo en su nueva aventura logroñesa es que «cada día seamos mejores» para abrazar la salvación con un Clavijo en plena recomposición tras la traumática temporada pasada. Budista confeso, culto y cultivado, asegura que el baloncesto es una herramienta «para conocerse a sí mismo». Desde este viernes, los aficionados del Clavijo tendrán la oportunidad de averiguar cuál es su filosofía baloncestística.
Una nueva etapa comienza para el Clavijo y para usted.
Cada día va a ser como un día nuevo, con ilusión para mí y para el Clavijo. Afronto esta etapa con la intención de disfrutar al máximo.
¿Por qué ahora?
He estado un año de reflexión. Llevaba seis temporadas en el Jimki pero creo que era el momento de ayudar de otra forma.
¿La selección es ya cosa del pasado o le gustaría poder compaginar ambas dedicaciones?
La selección siempre estará ahí, es como mi casa. Desde 2004 creo que han sido casi 170 partidos… pero ahora el Clavijo es lo primero.
Tras muchas temporadas a la sombra de los mejores, es su primera experiencia como técnico principal.
He estado en Gijón, Santa Pola, también en Oviedo e incluso en el Jimki tenía mucha libertad… Creo que puedo estar preparado para este reto.
Pero la Oro es diferente al resto de competiciones que conoce.
He estado en Euroligas, campeonatos del Mundo, Eurobaskets y ahora la Oro, un campeonato muy bonito al que llego con ganas de aprender. Es cierto que la velocidad de la Oro es diferente a la de Euroliga, pero todo es baloncesto.
Ha entrenado con los más grandes. ¿Quién le ha influido más?
Creo que copiar a la gente es un error que todos cometemos. Se trata, en definitiva, de ser nosotros mismos. La vida sólo es un camino para conocernos a nosotros mismos. Pesquera, Moncho López, Pepu, Joan Plaza, Rimas (Kurtinaitis), todos ellos me han ayudado a conocerme y a conocernos. Pero, por cercanía, Scariolo da mucha confianza.
¿Cómo ha sido su adaptación a Logroño y al club?
Logroño es una maravilla, con gente maravillosa que va a ayudar al equipo a que vaya para arriba.
¿Qué espera para esta temporada?
Estos seis años en Rusia me han cambiado mucho. Espero que cada día seamos mejores. Utilizo el baloncesto para conocerme a mí mismo.
Ha sido una pretemporada atípica, con jugadores llegando a cuentagotas y el entrenador principal, en el Eurobasket.
Las cosas son como vienen. La pretemporada ha sido la que ha podido ser. Empezamos pocos, pero se han ido sumando poco a poco los jugadores. Hemos tratado de unir todo. Nos hubiera gustado hacerlo de otra forma pero no era fácil. Es cierto que aún estamos un poco justos.
¿Cuál es el balance de estas semanas?
Hemos jugado prácticamente 5 partidos en una semana. Hemos intentado acumular el proceso de conocimiento de los jugadores. Creo que hemos estado bien, que hemos ido de menos a más.
Los aficionados aún no han podido ver al equipo. ¿Qué pueden esperar mañana?
Un baloncesto de equipo, de ritmo alto, de posesión, de juego rápido. El equipo va a enganchar o lo va a intentar, va a ir al ataque, con un juego de cooperación y de resultados. Será un baloncesto desde el esfuerzo, el equipo, el pase y el juego para ganar. Va a ser un baloncesto poco egoísta.
¿Qué le sugiere la Oro, una categoría en crisis permanente?
Ha dado un paso importante con los dos ascensos. Eran necesarios para que la liga tenga viveza. Ha habido muchos cambios en las plantillas. Hasta que se amolden estos jugadores, va a haber mucha igualdad. No me atrevo a hablar de un favorito, aunque a priori, por presupuesto, sí los haya.
El Clavijo fue penúltimo el año pasado. La obligación es superarlo, porque implica la salvación.
El objetivo de mímimos es intentar no sufrir. A partir de ahí, habrá que mirar hacia arriba.






