Golpe al tráfico de drogas en Calahorra
La Guardia Civil ha desarticulado un clan familiar en Calahorra que se dedicaba al tráfico de cocaína y heroína. En total han sido detenidas siete personas en el marco de la ‘Operación Kopec’ y se ha procedido al desmantelamiento de dos puntos de venta de droga y una narcosala a la que acudían politoxicómanos de La Rioja Baja y Navarra.
Los detenidos, españoles y residentes en Calahorra, tienen entre 21 y 48 años. Cuatro de ellos son miembros de una misma familia, de los que la matriarca y el patriarca del clan han ingresado en prisión quedando el resto en libertad con cargos. Los tres restantes son ‘machacas’ y ‘aguadores’, drogodependientes que trabajan para este clan familiar transportando la droga y avisando si detectan presencia policial a cambio de pequeñas dosis.
La Guardia Civil les considera presuntos autores de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas y otro de pertenencia a organización criminal. El historial delictivo de todos ellos supera los 130 antecedentes policiales.
Cinco meses de investigación
La investigación se inició el pasado mes de enero cuando se detuvo a un hombre, que actualmente está en prisión, que ocultaba 23,8 gramos de heroína y 23,3 de cocaína, una balanza de precisión y 680 euros en efectivo.
Tras cinco meses estudiando los m0vimientos de los traficantes, la Guardia Civil comprobó que la droga se vendía en dos viviendas controladas por este clan familiar. Estos lugares se habían convertido en ‘puntos de referencia’ en La Rioja Baja para la venta a pequeña escala de cocaína y heroína. Además, en el interior de uno de estos inmuebles se había instalado una ‘narcosala’ en la que los integrantes del clan ofrecían la posibilidad de consumir todo tipo de sustancias estupefacientes, y en la que se en la que se llegaban a hacinar numerosos ciudadanos víctimas de la drogodependencia.
Durante los registros en los que participan agentes del servicio Cinológico con perros especialista en la búsqueda de drogas, se intervienen diferentes cantidades de cocaína y heroína con las que se podían haber elaborado más de 545 dosis, además de efectos presuntamente sustraídos y entregados como pago por droga, entre ellos teléfonos móviles, tablet y herramientas.






